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Larry Elder

Bush, eres el mal

¿Pero cree de verdad el 61% de los demócratas que el presidente "permitió" que sucediera el 11 de Septiembre, sin tomar absolutamente ninguna medida para impedirlo?

Cuando estudiaba psicología en la universidad, leí acerca de un experimento sobre la presión a adaptarse a los demás. En él, un grupo de personas se sentó alrededor de una mesa larga y rectangular. Tanto el "monitor" y como todos los participantes menos uno son cómplices del experimento. El monitor sostiene una hoja de papel en la que hay dibujada una línea recta de quince centímetros de longitud. A continuación entrega la hoja a la persona sentada a su derecha  y le pide que estime la longitud de esa línea.

El cómplice, según lo previamente acordado, escribe que la longitud es de unos cinco centímetros. La hoja circula a continuación alrededor de la mesa en el sentido de las agujas del reloj hasta que llega a la única persona que no está al tanto del experimento que está teniendo lugar. Para entonces, todas las estimaciones de la longitud de la línea varían entre cinco y ocho centímetros, pese a que la línea es obviamente mucho más larga. Cuando la hoja le llega a la única persona que no está al tanto de lo que está pasando, ésta también escribía que "unos ocho centímetros".

Quizá esto explique una reciente encuesta divulgada por Rasmussen Reports. Un alucinante 35% de los demócratas cree que el presidente tenía conocimiento previo de los ataques terroristas del 11 de Septiembre que costaron la vida a más de 3.000 norteamericanos. Otro 26% de los demócratas afirmó "no estar seguro". Por tanto, el 61% de los demócratas cree o considera posible que el presidente supiera con antelación de los ataques terroristas del 11 de Septiembre, pero que no hizo nada por impedirlos.

Lo cierto es que hace ya tiempo que he aceptado el hecho de que muchos demócratas odian a muerte al presidente. Los demócratas, por ejemplo, creen mucho más que los republicanos en la idea de que el Gobierno tiene que "nivelar el campo de juego". Por tanto, los demócratas se oponen a los recortes fiscales que "ayudan a los ricos". Estoy en firme desacuerdo con ellos, pero entiendo su punto de vista.

Dado que los republicanos creen más que los demócratas en el gobierno limitado, se les acusa de egoísmo. También entiendo este argumento. No importa que en su reciente libro, ¿Quién se preocupa de verdad?, el profesor de la Universidad de Siracusa Arthur C. Brooks concluya de los republicanos donan más dinero y tiempo a caridad que los demócratas. Resulta que si uno es partidario de un gobierno más pequeño, es más probable que sienta la necesidad de entrar en escena y ayudar personalmente al necesitado. Asimismo, cuanto más religiosa sea una persona, concluye Brooks, más probable es que done a organizaciones de caridad. Los demócratas religiosos donan más o menos lo mismo que los republicanos religiosos, pero los demócratas en conjunto son menos religiosos que los republicanos.

Algunos demócratas laicistas se sienten incómodos con un presidente religioso, del que piensan que "recibe sus directrices de Dios". De modo que puedo comprender la incomodidad de los demócratas con la religiosidad del presidente.

Sobre el asunto del cambio climático, muchos demócratas se alinean con Al Gore, que está seguro de que "el debate sobre el calentamiento global está zanjado". Encuentran obsceno que el presidente tenga objeciones a un acuerdo mundial para gestionar "la crisis". Estoy seguro de que se equivocan, pero también entiendo esto. Si todos los científicos están de acuerdo, esto deja sólo en contra del acuerdo a disidentes capitalistas negacionistas del calentamiento global, consumidores sin freno de gasolina, llenos de humo hasta las orejas.

La sanidad es "un derecho", según dice el ex candidato presidencial John Kerry. La mayor parte de los demócratas está de acuerdo. No importa que, de los 46 millones de personas que en Estados Unidos carecen de seguro médico, cerca de la mitad están sin él sólo unos cuantos meses, entre que dejan un trabajo y empiezan otro. Cerca de tres cuartas partes estarán sin seguro sanitario durante menos de un año. Y el 10% tiene empleos bien remunerados, pero prefiere quedarse el dinero que en caso contrario iría a las primas del seguro. Algunos millones de personas sin seguro sanitario son inmigrantes ilegales. Pero al menos comprendo la objeción de los demócratas al "fracaso" gubernamental a la hora de asegurar la salud de los norteamericanos.

En cuanto a la guerra de Irak, la mayor parte de los demócratas se opone. En cambio, la mayor parte de los republicanos aún la apoya y cree posible la victoria. Sólo dos congresistas republicanos apoyaron la legislación que financiaba el incremento de tropas imponiendo al mismo tiempo un plazo límite para la retirada y que fue aprobada a finales de abril. En el Senado, dos republicanos votaron a favor.

Esto complicó la guerra que ahora se aproxima a su quinto año, con titulares casi diarios de reveses y muertes militares norteamericanas. El gobierno iraquí parece confuso e ineficaz; y el coro internacional que califica de metedura de pata la guerra de Irak cada vez hace más ruido. Por tanto, entiendo el enfado de los demócratas con "la terquedad" de Bush por seguir intentando ganar la guerra hasta el final a pesar de la oposición prácticamente mundial y la decreciente cifra de aliados, incluyendo a los británicos.

¿Pero cree de verdad el 61% de los demócratas que el presidente "permitió" que sucediera el 11 de Septiembre, sin tomar absolutamente ninguna medida para impedirlo? Dígame por favor que esto refleja un mero deseo de adaptarse al grupo en lugar de una fe sincera en que el presidente permitió con conocimiento de causa que perecieran más de 3000 norteamericanos. Dígame que usted contestó eso a la encuesta cruzando los dedos.

Por favor.

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