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EDITORIAL

Eligieron ANV y tendrán atentados

Los socialistas parecen creer que todos los españoles somos como los bebés que aún no han entendido que las cosas que desaparecen de su vista no desaparecen al mismo tiempo de la realidad.

La impresentable inacción de la Fiscalía y la Abogacía del Estado, es decir, de José Luis Rodríguez Zapatero, dejando que ANV se presente en la mayor parte de los feudos tradicionales de ETA-Batasuna, donde podrán recibir las subvenciones y manejar el presupuesto al antojo del crimen, ha quedado más en evidencia que nunca. Después de que alguien intentara volar por los aires el coche del candidato socialista a la Alcaldía de Guetaria, gracias a Dios con escaso éxito, todos los partidos menos ANV han condenado el atentado. Si esta situación trae recuerdos del pasado, probablemente sea porque la frase "todos los partidos menos Batasuna han condenado el atentado" es una de las más repetidas en el periodismo español.

Por si eso fuera poco, la llamada mesa nacional de Batasuna al completo ha seguido los pasos de Pernando Barrena pidiendo el voto para ANV. Como las promesas de Conde Pumpido de iniciar los trámites de ilegalización de este partido si Batasuna pedía el voto ya cayeron en saco roto el mismo día en que se publicaron, que fue el escogido por el dirigente de ETA-Batasuna para pedir el voto por las nuevas siglas de su partido, podría parecer estéril pedirle de nuevo al fiscal al servicio del Gobierno que cumpla con su obligación. Y sin duda lo es, como lo ha sido siempre; Pumpido sólo sirve a los intereses de la banda terrorista, puesto que obedece a un Gobierno que, con tal de que no les pongan bombas, es capaz de todo. Especialmente si quien paga la cuenta no es él sino el pueblo español.

Ahora es posible que las grandes cumbres de la intelectualidad que ocupan los altos cargos del Gobierno y el PSOE decidan aducir de nuevo como excusa que, como Batasuna es ilegal, pues no existe y no puede pedir el voto por nadie. Parecen creer que todos los españoles somos como los bebés que aún no han entendido que las cosas que desaparecen de su vista no desaparecen al mismo tiempo de la realidad.

Sólo algo así estaría a la altura de la respuesta del gran Pepiño Blanco al atentado contra su compañero de partido. "Que no, que no, que no es un atentado", parecía gimotear. Sin duda, una reacción que revela mucho más de la situación en la que se encuentra el Gobierno que de los sucesos ocurridos en Zarauz. Y es que las palabras del secretario de Organización del PSOE muestran el nerviosismo que provoca a los suyos el pensar que pueda haber ciudadanos que se den cuenta de que, pese a las continuas cesiones, como la libertad de De Juana, la retirada de cargos contra Otegi o la legalización de ANV, el terrorismo nacionalista vasco no sólo no ha desaparecido, sino que está mucho más fuerte que cuando los socialistas llegaron al poder.

Sólo hay que ver el descaro con el que están actuando los proetarras en estas elecciones a la hora de amedrentar a los políticos y militantes de otras formaciones políticas y compararlo con la relativa calma con que se vivieron las anteriores elecciones municipales, en las que Batasuna fue prohibida de verdad, para darse cuenta de lo absurda y equivocada que es la política de rendición del Estado de Derecho practicada por este Gobierno. Zapatero y los suyos deberían haber escuchado aquel viejo consejo de Churchill cuando Chamberlain regresó a hombros de Múnich en 1938 asegurando que el acuerdo con Hitler aseguraba la "paz en nuestro tiempo": "Se os dio la elección entre el deshonor y la guerra. Elegisteis el deshonor y tendréis la guerra."

Al llegar al ocaso de la campaña electoral, ETA-Batasuna ha dejado aún más claro que se presenta a las elecciones en más de un centenar de municipios vascos a través de ANV, una organización que no condena los atentados. Y la violencia crece.

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