jlh:
Pues vale, entre 1969 y 1975, en la ETSAB (Escuela de Arquitectura Superior de Barcelona) se decía que habitábamos en el mejor de los mundos posibles: un burdel desorganizado, el sueño de todo adolescente.
Tras la llegada de los progres nauseabundos (y malas personas) al estilo Bohigas, aquel burdel desorganizado, pero siempre antiautoritario, se convirtió en un puto campo de concentración sin color (me refiero a los colores que ilustran nuestra vida, azul, rojo, amarillo, etc, etc.), catalanista, academicista, y también mortal y asquerosamente aburrido... además de horriblemente provinciano. Cuando abandoné definitivamente el lugar, unos cuantos años después, era un encargado de curso bastante atípico: no quería serlo. Y eso que mis cátedros eran, desde un punto de vista estrictamente pedagógico, excepcionales. Rubert de Ventós, un progre ligón irredento, pero uno de los más brillantes profesores que jamás he escuchado y Eugenio Trias, un genio se mire como se mire, aunque deswde entonces haya engordado bastante.
No había parking para nadie porque nadie tenía nada que aparcar.
No, colega, los cátedros y tampoco los profesores tienen mucha responsabilidad en el desastre universitario. Alguna sí, pero no toda.
pregunta por los actuales mandamases en BCN, Gallardonia, o Zapatonia.
El 100% de los analfabetos del PSOE no necesita nada para ser ministro.
Bueno, a las hijas de Montilla, Zapatero, Bono et ttuti quanti, un postgrado, dos o los que haga falta no creo que les inmute un ápice, total se lo pueden permitir.
¿El 5%? Ni de coña. La universidad pública española no nos prepara para trabajar. Todos los universitarios cuando terminamos, o mientras estamos estudiando, tenemos que hacer cursos de informática y de lo que podemos, si queremos trabajar. En la Escuela de Arquitectura Técnica de Madrid había 20 ordenadores para todos los alumnos, con lo que había que estudiar por nuestra cuenta Word, Excel, Autocad, Presto, etc. Eso sí, para hacer un parking cubierto para los profesores (demoliendo el parking al aire libre, excavando, etc) sí había dinero. La universidad pública española es una vergüenza que sólo sirve para que los catedráticos y sus familias se lleven un sueldo crudo, y para hacer propaganda socialista.
El problema es que, en el sistema educativo español, el último objetivo es el estudiante.