Las compañías de seguros no pueden considerar el sexo del asegurado como factor de riesgo en los contratos, ya que se trata de una práctica contraria a los principios del Derecho comunitario, sentenció este martes el Tribunal de Justicia de la Unión Europea.
Los jueces europeos han declarado "inválida" la excepción prevista en la directiva europea contra la discriminación por razón de sexo en el acceso a bienes y servicios y su suministro, que en ciertos casos permite que el sexo del asegurado pueda considerarse un factor de riesgo. La sentencia dictada considera que "existe un riesgo de que el Derecho comunitario permita indefinidamente la excepción a la igualdad de trato entre mujeres y hombres" prevista por la ley marco europea.
El Tribunal ha subrayado que un precepto que permite a los Estados miembros afectados mantener de modo ilimitado en el tiempo una excepción a la norma de primas y prestaciones independientes del sexo "es contrario a la consecución del objetivo de igualdad de trato entre mujeres y hombres" y por tanto "ha de considerarse inválido tras la expiración de un período transitorio adecuado", informa Efe.
La sentencia resuelve el litigio planteado a raíz de un recurso presentado por la asociación belga de consumidores TestAchats ante el Tribunal Constitucional de este país.
La polémica directiva
Curiosamente, la directiva en cuestión prohíbe con carácter general que se tenga en cuenta el sexo como factor de cálculo de primas y prestaciones en todos aquellos contratos de seguro firmados después del 21 de diciembre de 2007. Sin embargo, se prevé una excepción que acepta diferencias en función del sexo en las primas y prestaciones de seguros "cuando éste constituya un factor determinante de la evaluación del riesgo", siempre que este supuesto se fundamente en datos estadísticos fiables, actualizados y accesibles al público, precisó el Tribunal en un comunicado.
En la actualidad, la compañías establecen diferencias en las cuotas según el sexo en determinados seguros (el de vida y el de automóviles). Las estadísticas dicen que las mujeres viven más, tienen menos costumbres dañinas para su salud (beben y fuman menos) y están involucradas en menos accidentes de tráfico que los hombres. Todo esto está estadísticamente acreditado: por eso, podían tener primas en la contratación de estos seguros.
De hecho, hay otros grupos de población (como los jóvenes en los seguros de automóviles) que también tienen primas distintas en función del riesgo (medido siempre estadísticamente, porque puede haber un conductor de 25 años más sensato que uno de cuarenta). Desde este martes, el Tribunal de Justicia de la UE ha decretado que el sexo no podrá ser utilizado por las aseguradoras, pero ¿por qué sí la edad?
La comisaria, satisfecha
Tras conocer la sentencia, la Comisión Europea, ha pedido a las aseguradoras comunitarias que tomen nota y eliminen las diferencias entre sexos para calcular las primas en seguros como los de automóvil o de vida, consideradas discriminatorias (a pesar de las cuestiones comentadas anteriormente).
La comisaria europea de Justicia, Viviane Reding, ha señalado en una declaración posterior a la sentencia que se reunirá próximamente con los responsables del sector europeo de los seguros para hablar de las implicaciones que tiene el fallo dictado este martes.
Reding ha denunciado que en todos los estados miembros se permite en la actualidad utilizar el sexo como factor de riesgo en los contratos de seguro, aunque ha precisado que las cosas empiezan a cambiar poco a poco en la dirección adecuada. En ese contexto, ha animado a las aseguradoras de toda la Unión a seguir el "buen ejemplo" del sector en Bélgica, Bulgaria, Chipre, Estonia, Letonia, Lituania, Holanda y Eslovenia, países que ya están aplicando primas unisex en los seguros de automóvil.
Según Reding, la no discriminación debe extenderse a "todos los contratos de seguro". La comisaria ha calificado la sentencia de "momento histórico para la igualdad de género en la UE" y ha subrayado que es "un importante paso" para poner en práctica ese derecho. Para Reding, los cambios que deben asumir las aseguradoras son una cuestión de "buenas prácticas en la industria".