Dentro de los problemas físicos figuran la cirrosis hepática, alteraciones cardiovasculares, hipertensión, desnutrición, problemas gastrointestinales y aumento del riesgo de ciertos tipos de cáncer.
Si el consumo excesivo es prolongado, pueden aparecer problemas nerviosos y mentales, e incluso daño cerebral permanente. Otros problemas derivados del consumo de alcohol son el aumento de accidentes de tráfico.
Debido a la dificultad del tratamiento, es de vital importancia la vertiente preventiva.
En este sentido, los farmacéuticos realizan una educación sanitaria preventiva como elemento clave en esta lucha sanitaria y social contra el abuso del alcohol. De forma específica, el farmacéutico colabora:
- En la detección de posibles pacientes con problemas con el alcohol, con la consiguiente remisión a grupos o asociaciones especializadas y, en cualquier caso, al médico.
- Con una importante labor de información y educación sanitaria insustituible, actuando frente a tópicos falsos ampliamente extendidos entre la sociedad.
- Llevando un seguimiento de los tratamientos de deshabituación.