Hay que tener en cuenta dos partes complementarias en el tratamiento de deshabituación del tabaquismo: una psicológica y otra farmacológica. El primer aspecto es tan importante como la propia desintoxicación química y en no pocos pacientes se hace preciso recurrir a técnicas específicas de psicoterapia, que deben ser desarrolladas por profesionales especializados.
Los farmacéuticos recuerdan algunos beneficios cuando dejamos el tabaco. En primer lugar y a muy corto plazo, el paciente experimenta una mejora de la expectoración bronquial y de la tolerancia al ejercicio físico.
Un año después se reduce al 50% el riesgo de enfermedades coronarias. Cinco años después de abandonar el tabaco se consigue la eliminación total del exceso de riesgo de accidentes cerebro-vasculares, situándose el riesgo similar al de los no fumadores.
También se alcanza una reducción del 50% del exceso de riesgo de cáncer de boca, faringe y esófago. A los diez años de dejar el tabaco se reduce un 50% el exceso de riesgo de cáncer de pulmón. Por último, de quince a veinte años después se produce la eliminación total del exceso de riesgo de enfermedades coronarias y de cáncer de pulmón.