Uno de mayo. Es el día en el que Juan Pablo II será beato. Desde las 5,30 de la mañana la Plaza de San Pedro, la Via della Conziliazione, así como otros puntos de Roma, esperan para la beatificación con sus calles llenas de peregrinos. La plaza estaba llena de sus paisanos polacos, que se han trasladado a millares hasta Roma. Pero también son miles los españoles que han ido en avión, coche y barco para acompañar al Papa viajero. Entre ellos, muchos jóvenes, colectivo que fue clave para Wojtyla.
El Papa Benedicto XVI, fiel colaborador de Juan Pablo II durante su Pontificado, preside la ceremonia de beatificación junto a cientos de obispos y cardenales y entre el fervor de los miles de fieles que han llegado de todo el mundo. Además, una reliquia de la sangre del Papa polaco "presidirá" la ceremonía.
Y es que más de un millón de peregrinos han ido hasta Roma para acompañar al Pontífice que estuvo al frente de la Iglesia durante 27 años, en los que realizó 106 viajes al extranjero, entre ellos cinco a España, tierra por la que tenía especial predilección. Todavía se recuerda su última visita a España en 2003 y su despedida cuando dijo: "hasta siempre España, hasta siempre tierra de María".
La delegación española está encabezada por los Príncipes de Asturias y por el ministro de Presidencia, Ramón Jáuregui. Además, varios diputados de PP, CIU y UPN también han querido estar presente en Roma en esta fecha.
Un total de 200.000 peregrinos, miles de ellos jóvenes, han participado este sábado por la noche en la vigilia celebrada en el Circo Maximo de Roma, con motivo de la beatificación de Juan Pablo II que se celebrará este domingo a partir de las 10,00 horas en la Plaza de San Pedro. Los peregrinos han recibido la bendición del Papa Benedicto XVI que ha intervenido por videoconferencia desde el Palacio Apostólico al final de la noche.
Al concluir, los peregrinos lanzaron gritos de 'Viva el Papa'. Previamente, en los discursos que se han pronunciado durante la vigilia, los entrevistados por la presentadora del acto, Safiria Leccese, han destacado cómo Juan Pablo II "defendió al hombre ante Estados e instituciones internacionales", también en la época de "las grandes ideologías y los regímenes totalitarios", tal y como ha indicado el vicario de Roma, el cardenal Agostino Vallini.
El proceso de beatificación ha podido llevarse a cabo tras el reconocimiento de un milagro, condición necesaria para iniciar esta causa. En este sentido, la religiosa francesa Marie Simon Pierre, perteneciente a la Congregación de las Hermanitas de las Maternidades Católicas, fue curada de Parkinsson, curiosamente la misma enfermedad que muy visiblemente sufrió Juan Pablo II.