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Terremotos destructivos cada setenta años

Los expertos habían advertido de la posibilidad de un terremoto en la zona de Murcia, "una zona muy proclive" a movimientos sísmicos.

En febrero, el presidente del Colegio de Geólogos, Luis Suárez, recordó en esRadio que "estadísticamente, en España se producen terremotos destructivos", de entre 6 y 7 grados, "cada setenta años". El último de estas características se había registrado en 1884, en la localidad granadina de Arenas del Rey. Por ello, Suárez advirtió que nuestro país se situaba "en zona de retorno", con posibilidades de que se produjera un "terremoto destructivo en el sur".

Suárez también advirtió que se registraría, con un 65% de probabilidad, en Málaga, Granada, Murcia, o Alicante. La razón, su proximidad a la falla de Alhama, una zona "muy proclive" a terremotos.

La falla, también conocida como de Lorca-Totana, está muy próxima al límite de colisión entre las placas Euroasiatica y Africana y su impacto ha dado lugar a la cordillera Bética. Se desplaza 4 milímetros al año hacia el norte lo que provoca el movimiento que crea las tensiones que producen los terremotos.

Este miércoles, la tierra tembló en Lorca con un terremoto de 5,2 grados en la escla de Richter. Además de la muerte de nueve personas, los daños materiales han sido muy cuantiosos y una gran parte de los edificios de la ciudad han sufrido daños. Según el geólogo Manuel de Tena, "se han producido muchísimos desperfectos menores", como la caída de cornisas y campanarios pero "no se han colapsado los edificios" excepto en algunos casos. La razón de los daños en ciertas edificaciones es su antigüedad, indicó.

En este sentido, el Colegio de Geólogos ha apuntado que los derrumbes registrados en Murcia se han debido a daños previos en los edificios ya que un movimiento como ese, de 5,2 grados en la escala de Richter, no tiene magnitud suficiente para producir el llamado "efecto colapso".

Para el Colegio de Geólogos, lo que demuestra el terremoto es la importancia de aplicar la norma sismorresistente en zonas de actividad sísmica como Murcia. La norma es obligatoria para todas las nuevas construcciones y se materializa en refuerzos en cimentaciones, pilares, vigas y armaduras, para hacerlos más resistentes y evitar el efecto colapso 'tipo sándwich'.

Este efecto no se ha producido en Lorca, "pero el terremoto ha causado más daños de los que corresponden a uno de magnitud 5.2". En ese sentido, ha añadido, los ayuntamientos son los principales garantes de que la norma se cumpla estrictamente cuando otorgan las licencias de edificación.

La normativa se aplica en función del mapa de peligrosidad sísmica y Murcia es una de las zonas más activas de España junto con las provincias de Granada, Málaga, Almería y Alicante, ha apuntado. Por tanto, y según la misma fuente, en estos lugares, donde suele haber eventos sísmicos recurrentes, "la normativa debe cumplirse con mayor rigor".

También ha explicado que aparte de la magnitud Richter, hay otros factores que también influyen en un terremoto como la superficialidad, el tipo de suelo y la cercanía a núcleos de población: "En Lorca la profundidad al hipocentro ha sido de un kilómetro, y por eso su repercusión ha sido mayor".

En relación al tipo de suelo, ha detallado que Lorca se asienta sobre un valle donde predominan los terrenos arenosos y de gravas: "Son tipos de suelo que ante movimientos sísmicos, el terreno tiene un comportamiento plástico, cuasi líquido, lo cual agrava el riesgo de daños e incluso de colapsos en los edificios".

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