Es Público el que hace este miércoles una defensa más cerrada de los indinados y su violencia frente al Parlamento de Cataluña. Empiezan en la portada con un titular sorprendente: "El 15-M se desmarca de los violentos", nos dice, aunque no sabemos quién es ese señor y por qué lo que diga es más importante que lo ocurrido en Barcelona.
En la misma portada se nos avisa de que los hechos fueron culpa de "algunos manifestantes" y, por supuesto, se empieza a manejar el material exculpatorio: "CiU saca adelante el Presupuesto, que establece fuertes recortes sociales".
En páginas interiores se llega a algo que sólo puede ser calificado como ridículo. Ojo al titular y procuren no reírse: "El día en que la bandera de la paz corrió peligro". Hombre, peligro peligro el que corrieron los diputados agredidos, digo yo. Y unas páginas más allá se inicia el recuento de heroicidades: "Los indignados logran paralizar un desahucio". Jo, qué tíos, qué majetes...
Los columnistas se desmelenan por completo, hasta un punto en el que Ekaizer y Escolar parecen moderados centristas, pese a que el primero hable de la "resistencia popular" frente al "salvamento del Euro, tal cual lo entienden el BCE, la CE y el FMI". Eso, que quede claro quiénes son los malos.
Lo peor lo encontramos, probablemente, en una repugnante columna de Isaac Rosa que dice estar "sobrecogido por la violencia vivida ayer en el Parlamento: fue tremendo ver cómo varias decenas de diputados violentos se mostraban violentamente partidarios de aprobar unos violentos recortes que afectarán de manera violenta a todas las partidas". Y claro, ante tanta violencia...
Luego condena, de forma que quede claro que en realidad no lo hace, la "actitud violenta" y para que no queden dudas más tarde vuelven las justificaciones: "Podemos discrepar con algunas formas de protesta, pero hay que verlas como lo que son: expresión de un malestar que no se resuelve con acampadas y twitter. Para violencia, la crisis y las medidas anticrisis".
Y por último, un consejo apenas camuflado: "De modo que ya lo saben los indignados. A seguir con las asambleas del buen rollito, y sin mear fuera del tiesto. ¿O es que acaso esperan ser escuchados de verdad?". Dicho de otra manera para que nos entendamos todos: si queréis lograr algo, leña al mono. Da gusto con esta gente tan demócrata.
El segundo en furor revolucionario es El País, que tiene el decoro de disimular un poco más, aunque también se le vea el plumero. Para empezar en portada nos hablan de "grupos violentos", con la palabra "indignados" misteriosamente desaparecida en combate.
El editorial es un dificilísimo ejercicio de eslalon en el que el periódico de PRISA intenta encender una vela a Dios y muchas al diablo. Todo lo malo lo hicieron "sectores más radicales" o "parte de los concentrados" y no fue sino hasta "ayer" cuando se "se cruzó la frontera entre la legítima desobediencia civil y las reprobables actitudes violentas". ¿Ayer? Que se lo pregunten a los tenderos de Sol o a su columnista Gallardón Jr.
En cuanto a las columnas, Ramoneda nos ilustra con un análisis sosegado: "El intento de impedir la entrada de los diputados al pleno de los recortes ha sido hábilmente administrado por las autoridades para romper el efecto de simpatía que se había instalado en la opinión pública". ¡Qué taimados los políticos que cuando intentan partirles la cara quieren hacernos creer que la culpa es del agresor!
Pero lo mejor (es decir, lo peor), al final, con Maruja Torres totalmente fuera de sí y presa de un sorprendente éxtasis subversivo: "Es ahora cuando el Movimiento 15-M está empezando a moverse de verdad, y con objetivos bien determinados". Muy bien, es decir que cuando empezamos a agredir a invidentes es que estamos en el buen camino, qué vista... y perdonen el chiste malo.
Y hay más, sólo una vergüenza como la de ayer no basta: "Deberían multiplicarse estos juegos de espejos centrados en los lugares desde donde el poder se ejerce sin otra dictadura que el dictado de la economía". ¡Más madera!
Al final, recadito a Esperanza Aguirre que se ha atrevido a discutir con acierto la naturaleza del infame movimiento 15M: "No será una noche de los cristales rotos". La última frase, la mejor: "Qué ganas tiene la dama – por Aguirre – de interpretar a Marie Antoniette". ¿María Antonieta? ¿La mujer de Luis XVI? ¿Aquella a la que la turba revolucionara le cortó la cabeza? ¿Qué estás tratando de decir, Maruja? Hay que ver lo que es el odio enfermizo: en lugar de curarse con la edad, en algunos casos empeora.
El Mundo da un tratamiento bastante mesurado a la cuestión, con excelentes artículos como el de Arcadi Espada, que nos advierte que "la única esperanza electoral socialista es el 15M"; o el de Salvador Sostres, que denuncia a los medios demagogos y asegura lo que es obvio: "La turba crecida conduce inequívocamente al desastre".
El editorial nos habla del "salto cualitativo y cuantitativo de la protesta" y de la "absoluta pasividad policial", que es el único "común denominador de todos estos hechos".
Por último, y aunque parezca anecdótico y probablemente sea involuntario, el periódico de Unidad Editorial se asoma a un terrible pero probable futuro: las protestas griegas, de las que vemos una fotografía en las páginas 34 y 35 en las que un individuo blande su indignación contra un policía en forma de una garrota de madera de más de un metro de altura que ríanse ustedes de la sota de bastos. Como la vean Isaac Rosa o Maruja Torres nos dan mus.
Es La Razón la que se lleva el premio de este jueves al titular ocurrente para describir los sucesos en el parlamento catalán: "El ‘tejerazo’ rasta", lo llaman con acierto y salero.
El editorial no descubre nada nuevo pero acierta de pleno: "El Estado de Derecho no puede renunciar a utilizar los medios que le otorga la Ley para castigar las conductas penales. Es su deber actuar cuando está en peligro la libertad de las personas, o cuando se atropellan derechos individuales". O cuando se atacan las propiedades de los ciudadanos, cabría completar.
Por último, en La Gaceta centran el ataque en el presidente: "El secuestro del Parlamento de Cataluña ‘no preocupa’ a Zapatero", titulan en portada. Y en la misma página Carlos Dávila ofrece una lectura política muy interesante: "En principio, la ‘cosa’ pareció bien a quien iba a perder las elecciones, luego se le empezó a enredar, más tarde, tras el desastre, han pensando: ¿y si una situación límite propicia un pacto que no nos deje fuera de todo el poder?"
Parece maquiavélico, pero con estos cuanto peor piensas más aciertas.