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LA PRENSA DE UN VISTAZO

El "indignado noruego", el CIS de Rubalcaba y el "capitalismo soviético" de 'El País'

Nos acercamos a agosto y la prensa, ayudada por unos políticos cada día más aburridos y previsibles, se desliza también hacia la canícula y el sopor.

Pero no se alarmen porque todavía quedan muchos temas con los que alarmarse, reírse, hacer lo segundo después de haber hecho lo primero o, incluso, que nos entre la risa floja ante el tétrico panorama.

Empecemos por El País que, cada uno con sus obsesiones, culpa de todo mal presupuestario al Tea Party que, como siga en sus trece de incomodar a Obama, va a tener que cargar con los crímenes de Noruega, el déficit de Zapatero y hasta con la muerte de Manolete.

Más feliz se le nota al periódico de Prisa y Liberty cuando habla del CIS y de "su" Rubalcaba, al que atribuye un "efecto movilizador" que se ha reflejado en la encuesta. Del hecho de que este sondeo contradiga a todos los realizados en las mismas semanas, ni palabra. Por ejemplo, nada dice de uno del propio El País publicado sólo un mes antes que daba 14 puntos a los populares. Todo son elogios y "efecto rebote" y tal es la catarata de almíbar que uno se pregunta si tan maravilloso es el exvicepresidente, porque no ocupa el lugar de Zapatero desde, pongamos, mayo del 2010.

Pero si quieren leer algo grotesco no se pierdan el artículo de Benjamín Prado en la sección local de Madrid, en el que nos habla de los desmanes de los bancos y, agárrense, del "capitalismo soviético" en el que vivimos. Descacharrante.

El Mundo, por su parte, dedica la portada a Salgado y al CIS, en términos no precisamente elogiosos en ninguno de los dos casos: a la vicepresidenta económica le dan un "fracaso total", al centro sociológico le dan hasta en el carné de identidad: "Las conclusiones a las que llega el CIS huelen a campaña electoral, a sondeo-homenaje enfocado a dar moral a la tropa socialista.

Otro tema llamativo del periódico de Unidad Editorial es su reportaje sobre las "maniobras" de Bautista "para no perder el control de la SGAE". Curioso como se aferran algunos benefactores de la humanidad (entiendan la ironía) a aquellos cargos a los que sólo llegaban para servir.

Por último, señalar la súbita "canonización" de Anders Breivik que, en un titular un tanto discutible, es convertido en "el profeta del Apocalipsis", es decir, en el mismo San Juan que nos decía el número de la bestia.

Mucho más apropiado nos parece como habla del asesino de Utoya Ignacio Ruiz Quintano en un excelente artículo en ABC en el que lo denomina "el indignado noruego", término que cabreará a muchos pero que se corresponde al milímetro con el atroz y paranoide cabreo de Breivik.

Lo mejor del artículo, no obstante, es el palo que le da Ruiz Quintano a alguno de los pensadores de izquierda (perdonen el oxímoron) que ha puesto el grito en el cielo por la violencia de los medios de "extrema derecha". El mayor sopapo va para el sociólogo Toharia, que excretaba un texto en El País en el que decía que era "muy difícil, por no decir imposible, encontrar textos de tan desgarrada virulencia como esos en publicaciones de izquierdas". No tan imposible: unos renglones más abajo podemos leer la firme defensa de los campos de concentración soviéticos que firmara en su día Benet... en una revista, Cuadernos para el diálogo, fundada por Toharia.

No puedo dejar de señalar un titular de lo más divertido que nos regala el rotativo de Vocento en su sección de sociedad: "España declara la guerra al caracol manzana". Desde luego, las guerras tampoco son lo que eran...

Y siguiendo con la indignación pasamos a Público que recoge en su portada que las principales quejas de los indignados "entran en el Congreso". Oiga, pues si no les representan no sabemos a qué viene tanta algazara.

Lo mejor, la profundidad y el inmenso calado democrático de alguna de las quejas, verbigracia: "El kilo de almendra se paga a 2 € al agricultor y se vende a 20 € en las grandes superficies", todo un drama que tiene lugar en Valdealgorfa y al que sus señorías podrán, por fin, prestar la atención que se merece.

Para que no queden dudas el Jefe de Opinión, Marco Schwartz, nos aclara que el texto indignado no es "ni mucho menos, un documento técnico y es posible que no todos los datos estén debidamente contrastados". Anda que como la almendra se compre a 2,50 o se venda a 19... "Pero ello no debe en ningún momento minimizar su gran valor". Ah, el rigor.

En La Razón, mientras tanto, podemos asomarnos a dos artículos de perfil histórico e interés dispar: por un lado uno muy mesurado de César Vidal sobre la División Azul, los hombres que la compusieron y su extraño papel en el engranaje de la historia.

Y por el otro uno de J.A. Gudín sobre el Valle de los Caídos en el que, además de recordar una verdad histórica como que Franco no deseaba ser enterrado allí (como ya contamos en Libertad Digital hace meses) nos hace una original y casi surrealista propuesta: que en lugar de quitar la tumba del dictador enterremos a su lado a Azaña, Besteiro y a "cuantos fueron protagonistas de aquella barbarie". "¿Una quimera, un desvarío?", se pregunta el columnista. Pues no se nos ofenda... pero casi sí.

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