Aún está reciente en la memoria el tiroteo cerca del tanatorio de la M-30 en Madrid, en el que un individuo de nacionalidad nigeriana y con sus facultades mentales perturbadas, consiguió arrebatar el arma a una joven agente la Policía Nacional.
El hombre fue interceptado por una patrulla policial mientras se peleaba con otra persona en el parque Salvador de Madariaga. Ante la agresividad de su reacción –el agresor portaba un machete-, una agente en prácticas sacó el arma reglamentaria y éste se la arrebató.
Inmediatamente después, otra unidad policial cercó al agresor en los alrededores del Tanatorio, pero este abrió fuego contra los dos agentes. Uno de ellos salvó la vida gracias al chaleco anti-balas que portaba, el mismo que se tuvo que pagar él mismo ante la inacción de Interior a la hora de dotar de equipamiento a los agentes.
En pleno gimnasio
También este verano en Madrid, una persona falleció y otra resultó herida grave en un tiroteo en pleno gimnasio. Pese a que en un primer momento se barajaba la hipótesis de un ajuste de cuentas, la idea de que el suceso fue un crimen pasional cobró fuerza.
Tiroteo en un bar
Hace escasamente seis días, tres personas resultaron heridas tras ser tiroteadas por un joven, que fue detenido por los Mossos, en Barcelona. El hombre disparó con un revólver a varias personas en el exterior de un bar de carretera de Mataró, provocando una gran estampida de gente. Los disparos hirieron a tres personas y un joven de 27 años fue detenido.
Tiroteos en iglesias en EEUU
Esta misma semana, las cámaras de seguridad de una calle neoyorquina captaron cómo un joven de 18 años fue tiroteado en Brooklyn mientras los viandantes huían aterrados.
Es uno más de los casos de violencia urbana en EEUU, país que periódicamente encaja masacres perpetradas por perturbados como John Allen Mohamed, apodado como el "Francotirador", que sembró el terror en el este del país matando a diez personas en 2002, apostándose en diversos tejados y actuando simplemente "para divertirse". Mohamed provocó una ola de pánico en todo EEUU y ue ejecutado en Virginia dos años después de los hechos.
No obstante, esta clase de fenómenos traen a la memoria todavía la masacre de Columbine, en 1999. Los dos adolescentes Eric Harris y Dylan Klebold entraron en la citada escuela de Colorado portando todo tipo de armas de fuego, acabando con la vida 13 personas e hiriendo gravemente a decenas antes de suicidarse. Se trata de la principal encarnación de este tipo de matanzas, que han tenido ejemplos igualmente trágicos como el atentado de Bath School (1927), la de la universidad de Texas (1966), y una de las últimas, la masacre de Virginia Tech (2007).
En ese mismo año, 2007, y también en el estado de Colorado, en EEUU, el país se vio golpeado por una ola de violencia en iglesias que acabó con la vida de varias personas de forma dramática. Un joven de 24 años, Matthew Murray, asaltó dos templos religiosos y se llevó la vida de varios jóvenes –en un centro de formación de misioneros en Arvada- y de dos hermanas adolescentes en una Iglesia de Colorado Springs.
Matanza noruega
Para la historia queda la matanza perpetrada en Noruega por Anders Behring Breivik, que permanece encarcelado en la prisión de Ila, y que mató a 69 personas en la isla de Utoya, durante un campamento juvenil laborista, y a otras ocho con un un coche bomba en el complejo gubernamental de la capital, Oslo.