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Serafín Marín: "Cataluña es una dictadura camuflada"

El matador Serafín Martín aborda en una entrevista en el diario de Sevilla los duros ataques de Durán y Lleida a Andalucía.

Martín, nacido en la localidad barcelonesa de Moncada y Reixach, donde también reside, fue el responsable de estoquear el último toro en la Monumental barcelonesa.

El torero fue uno de los responsables de defender la fiesta nacional en el parlamento catalán antes de su definitiva prohibición. Y tal y como dice el diario, ha seguido reivindicándola cambiando la montera por la barretina y el capote por la senyera.

"No podemos tirar la toalla. Tenemos hasta diciembre para recoger 500.000 firmas. O bien queda el Constitucional". Martín se muestra esperanzado por la llegada del 20N y el posible cambio. Eso sí, se muestra extremadamente duro con el nacionalismo catalán: "Si hubiera sido un tema animalista hubieran tratado también los correbous, la caza o la pesca. Aquí estamos viviendo una dictadura camuflada. Te lo prohíben todo".

Y si eso es así, dice Martín, es porque "los políticos quieren crear una Cataluña que no es la real. Cada vez hay más gente en contra de ello. Es complicado vivir así, que decidan por ti y no poder hacer nada. Puedes protestar, pero no te hacen ni caso". Una decepción que en ocasiones se extiende a sus propios compañeros de profesión: aunque ha recibido valiosos apoyos de toda España, "cada uno va a lo suyo".

Se trata de políticos, dice el torero, que "prefieren pagar unos 300 millones de euros por cerrar la monumental, mientras recortan en Sanidad". La única respuesta es la evidente: la eliminación de los toros en Cataluña se trató de un proceso que "desde el minuto uno estaba decidido y pactad. Se trata de eliminar símbolos españolistas".

Marín se muestra así de duro cuando se le pregunta por la clase política catalana. "Mejor paso palabra. Puedo decir una barbaridad. Me tienen muy caliente".

Una decepción que no hace sino reforzarse con las recientes palabras de Durán y Lleida, que atacó a los agricultores andaluces en unas declaraciones recientes, asegurando que se pasaban todo el día "en el bar" y que cobran "sin hacer nada", al contrario que los catalanes.

 Marín, que tiene raíces andaluzas, se ha sentido "despreciado" por esas palabras, aunque no se muestra sorprendido: "De estos políticos me espero cualquier cosa". Y recuerda que en el debate de los toros el pasado marzo," la diputada de Esquerra Patricia Gomá llegó a calificarme, a mí, que soy ciudadano catalán, de verdugo".

Marín asegura estar "meditando" si marcharse de Cataluña, pero a la vez rechaza la idea asegurando que "aún estamos en la lucha". No obstante, se iría "o bien a Andalucía o a Extremadura, donde cuento con grandes amigos. No me veo en el futuro viviendo en una dictadura", se lamenta. Aunque nunca deja de lado el optimismo y aunque ahora ya no hay toros, para 2012 quién sabe. "Soy optimista y digo que sí".

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