Hasta ‘El País’ difunde ya la necesidad de recortar Canal Sur TV

Es decir, de recortar, sobre todo, el personal. Y para señalar ese camino se vale del testimonio de un experto y de las palabras del presidente de las productoras andaluzas. En el sector audiovisual andaluz el centro de gravedad se sitúa la Radio Televisión de Andalucía (RTVA) y n o por casualidad. La necesidad de controlar el aparato de comunicación más importante de Andalucía, desde sus componentes laborales a sus productoras, condujo al PSOE a fraguar un sistema clientelar donde básicamente el único contratante era Canal Sur, haciendo depender todo lo demás de la decisión política. Pero ahora el modelo hace aguas por todas partes. El pastel se ha reducido y hay que proceder a regulación de empleo. El PSOE se niega y, tras haber usufructuado la RTVA durante casi 25 años, esperará a la victoria del PP para echarle el muerto encima.

Estamos hablando de una RTVA con unos 1.700 empleados, que tiene un presupuesto para 2012 de 219,6 millones de euros: 12,7 menos que este ejercicio, pero que casi todo él es sufragado por los ciudadanos andaluces vía la Junta de Andalucía. Cuesta algo menos de la mitad de los 471,5 que la TV3 catalana y algo más que los 179 de la ETB vasca. El coste por andaluz difiere y va desde los 1,5 euros al mes que calcula la RTVA a los 10,3 euros que estiman las televisiones comerciales. De la Junta llegarán 122 millones de euros, 33 millones menos que en el presente año (un 22%), lo que supone la cuarta reducción consecutiva de la subvención.

David Fernández Quijada es doctor en Comunicación Audiovisual de la Universidad Autónoma de Barcelona y autor del estudio Producción independiente de televisión en Andalucía. Afirma que el sector mantiene una "alta dependencia de Canal Sur Televisión", que se ha convertido en un motor de la industria, tal y como se establece en su normativa, pero que también ha generado un "efecto perverso" el "proteccionismo, que ha impedido crecer, innovar y aumentar la calidad. Pero pocas productoras son capaces de vender a las grandes cadenas y la TDT ha fragmentado la audiencia y obligado a abaratar el producto.

Dicho más claramente, Quijada advierte que "no hay pastel para tanta gente" y considera necesario un proceso de "reorganización y racionalización". De esta crisis cree que surgirá, tras un proceso de "limpieza", un sector con más capacidad para competir.

Menos ingresos y bajos precios han conducido a una reducción del orden de un 30% del precio de los programas, es lo que admite Manuel Gómez Cardeña, en su día director del socialista "El Correo de Andalucía", y ahora presidente de la Asociación de Empresas de Producción Audiovisual y Productores Independientes de Andalucía (Aepaa-Apria). Reconoce que sus asociados no venden fuera de Andalucía pero no lo consiguen. Es más, se queja de que el 43,8% de los ingresos de la RTVA se destina a pagar al personal de la RTVA, personal que ha ido entrando desde el principìo sin medida, ni control y sometido al capricho político. 

Es el propio Gómez Cardeña el que habla de la necesidad de una regulación de empleo en la RTVA al igual que ellos han llevado a cabo un duro ajuste -de las 697 empresas del sector, 350 no tienen asalariados y 250 tienen de uno a cinco-. 

El PSOE no quiere ni oír hablar de regulación de empleo y el secretario general del Partido Popular, Antonio Sanz, ya ha asegurado que la RTVA es "intocable" porque está "protegida" por el Estatuto de Autonomía. En román paladino, el PP no quiere concretar qué va a hacer y el PSOE esperará a su derrota electoral para echarle el muerto encima al PP tras haberse lucrado políticamente de una televisión que debió de ser de todos y terminó siendo "la suya", la del régimen socialista.