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La primera gresca de Pedro J. y súplicas a Gallardón en 'Público'

La prensa coincide, con gran insistencia, en algo básico sobre los ministros de Rajoy. Los ha elegido él.

A El Mundo le caen bien y tira de anuncio para titular. "Sobradamente preparados". A Pedro J. le parece genial que lleguen "con la lección bien aprendida", que no está el patio para becarios. Un gabinete "reducido, homogéneo, avezado y competente" con "personas muy cercanas a Rajoy", con un "perfil muy moderado, en clara sintonía con el presidente". Victoria Prego le zumba al PSOE, que está de morros porque Rajoy no se ha fijado en el sexo para elegir ministros, el muy machito. "No ha sido prudente ni del mínimo nivel exigible la primera reacción del PSOE ante los nombramientos. Eso de que el Gobierno no es paritario es una simpleza". La bofetada de Raúl del Pozo va directa a Zapatero. "Está claro que Rajoy confía no en las Lisístrapas políticas con sutil seda azafranada, tan frías como el hielo, sino en mujeres trabajadores y preparadas".

Y Pedro J. estrena Gobierno con una agarrada de campeonato con el PP por el SMS birlado a Rubalcaba que ha desatado la cólera del presidente del Congreso. "Jesús Posada se equivocó ayer dos veces (...) Pretende justificar medidas de censura al trabajo de los redactores gráficos", dice Pedro J. "El mensaje –decía que Gallardón iba a ser ministro de Defensa- no era de tipo personal, sino de contenido político y de interés relevante". Y encima equivocado, vaya chasco. "Lo que intenta hacer (Posada) es limitar la libertad de información y supone un ataque directo a la prensa (...) Lo verdaderamente intolerable es tener un presidente del Congreso que desconoce cuál es la doctrina constitucional sobre la libertad y el derecho a la intimidad". En páginas interiores, Ángel Casaña continúa atizando. "La censura tiene escaño en el Congreso sin haberse presentado a las elecciones". Pues si que empezamos bien.

A El País lo que le deja a cuadros es que es un "gobierno de amigos y fieles". Raro, raro, raro. Pero claro, "un hombre tan desconfiado como Rajoy solo podía prensar en un gobierno con gente muy próxima. Incluso amigos personales". Fernando Garea constata que "la paridad pasó a mejor vida" y no capto que esté de duelo. "Tampoco hay ningún criterio de territorialidad, porque Rajoy puede hacer lo que quiera". Ahí sí que capto un poquito de despecho. El editorial es tan soso que parece escrito por el propio Rajoy. "Centrismo a medida". Rajoy "acierta al separar Economía de Hacienda", y como los ministros no le inspiran, se guarda los leñazos para los expresidentes que alguien se los tiene que llevar. Su forma de comunicar los ministros "ha tratado de corregir la exhibición de prepotencia" de Aznar y "las formas atropelladas de Zapatero".

Maruja Torres está superpreocupada. "Vuelve el loden". Y es que no lo puede evitar. "Por mucho que me haya ido convirtiendo en una dama aún permanece en mi algo de zorrón impertinente que desconfía de los trajes oscuros y las corbatas marchitas de marca". Confiesa que cuando escribe no sabe quiénes son los ministros, "pero me juego el cuello a que sé con qué estilo vestirán". Y no de rastrillo, como los socialistas, no había más que ver a Teresa Fernández de la Vega, siempre tan zarrapastrosa.

Para La Razón es el "mejor equipo anticrisis", la crème de la crème, la flor y nata, la releche, vamos. "Rajoy se ha rodeado de un equipo curtido en cien batallas y de fuerte personalidad. Justo lo que España necesita, un "gabinete de leales, de amigos, de personas de su máxima confianza". "Un gobierno al estilo de Rajoy, en definitiva, sin florituras de marketing ni presidencias-bis en el que el único mando de verdad es el presidente del Ejecutivo", dice José Antonio Vera.

ABC también abunda en la idea de que Rajoy no ha elegido a gente que pasaba por allí, sino "un equipo fiel a la imagen de su presidente". Ignacio Camacho, con esa alegría que le caracteriza, parece empeñado en espantarle los flamantes ministros a Rajoy. "Todo indica que es un pelotón para achicharrarse en un asalto de cabeza de playa. Trece del patíbulo para una misión suicida de intenso desgaste, cargada de decisiones antipáticas (...) Asumen con el cargo la posibilidad verosímil de que se los coman los cocodrilos". Qué majo, este Ignacio. Animando un poco ¿no?

En La Gaceta se oye un largo suspiro de alivio. "Esto ya es otra cosa", dónde va a parar. "Han pasado a la historia las irresponsabilidades de unos ministros que hacían experimentos con gaseosa o que anteponían sus delirantes prejuicios ideológicos a la eficiencia en la gestión. Ni siquiera está condicionado el nuevo gabinete por la absurda hipoteca de la cuota de género. Las ministras de Rajoy están en el banquillo azul no por su condición sino por su valía". A Carlos Dávila le parece un "estupendo gobierno", de "extraordinaria solidez, incomparable con la cuadrilla de ocurrentes y paniaguados que ha acompañado a Zapatero hasta el último momento".

Y se frota las manos. "PSOE: la guerra está servida". "Los enfrentamientos irán creciendo en número e intensidad hasta que se celebre el congreso socialista de febrero". Sangre, sangre, huelo a sangre. ¡Mmmm!

Público ya gime en portada con desconsuelo. "Un consejo de ministros nada paritario". Destaca que Soraya tiene "el mando", que Luis de Guindos "trabajó para Lehman Brothers" y que "Ana Botella será alcaldesa". Isaac Rosa está desconsolado. "No te vayas, Alberto, no nos dejes, no jures de ministro, los madrileños no sabemos vivir sin ti (...) Todo está perdonado, pero no nos dejes así, con ella". Pero Rosa, ¿no te da vergüenza?. ¡Pero si es una mujer!

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