Aunque no es lo más habitual, es este martes uno de esos días en los que El País y El Mundo se deciden por portadas similares: noticia principal sobre las sombrías admoniciones del flamante ministro de Economía e imagen para el no-sastre (que él era director de moda, oiga) José Tomás, abrochándose la chaqueta en el juicio de los trajes.
El titular también repite, un "sácame de esta y no te faltará nada" que es toda una cornada en el costado del expresidentes Camps, desde el "te quiero un huevo" que una única frase no había dolido tanto. El testimonio de Tomás tuvo, por cierto, bastantes inconsistencias (sobre todo a juicio de parte de la prensa) pero la cornada en forma de frase ya ha llegado y el estado (político) del torero, es grave, tirando a gravísimo.
En El Mundo el mejor resumen de la comparecencia de De Guindos no está en los textos sino en el excelente chiste gráfico de Ricardo: en la primera viñeta Rajoy pregunta al ministro qué tal las cosas en Economía, en la segunda un destrozado De Guindos con la ropa hecha jirones y el rostro poblado de cicatrices responde: "Mejor de los que me esperaba".
Junto a ella, la casi siempre sorprendente (y casi nunca interesante) columnilla de Antonio Gala, que nos cuenta como "leer los diarios, aunque sólo sean los titulares, produce un dolor de cabeza hoy mayor que nunca". Muy bien, cuidando al cliente y a la empresa.
Más sorprendente todavía el segundo párrafo: "La política, si además de ser política se vuelve sólo imaginativa (poco más que eso, ay, es) produce mareos de embarazo reciente".
En el diario de Prisa, por su parte, tiene uno la sensación de que no sienten mucha empatía con el dolor ajeno, pero es que últimamente están muy despegados, sino lean ustedes el párrafo – andanada que Miguel Ángel Aguilar dedica al "moro muerto" Zapatero:
"No es este el momento oportuno para extendernos sobre sus errores, su falta de consistencia, su actitud caprichosa a la hora de formar equipos, sus extravagancias, sus provocaciones gratuitas, sus renuncias en el ámbito fiscal y de la aconfesionalidad, su complacencia ilimitada por determinada opción mediática de cuyo nombre no quiero acordarme [ahí duele, ahí duele...], su empeño por inducir en el PP los comportamientos más extremados para que el grito subsiguiente anunciando la venida del lobo inclinara el voto de la racionalidad resignada hacia el puño y la rosa con espinas".
Pues para no ser el momento eso debe doler tanto como la ‘corná’ del sastre, oiga.
En ABC la imagen de portada es también para los flamantes altos cargos de Economía: el ministro De Guindos y el secretario de Estado, Jaime García-Legaz, que se dan alegremente la mano.
En el interior encontramos otra imagen más divertida o al menos simpática: Obama con un niña muy pequeña en brazos se ríe cuando la cría le mete la mano en la boca. "Obama se deja arrancar unas palabras" es el oportuno pie de foto.
Tampoco hay que perderse el artículo de Ignacio Camacho, que escribe sobre "la reyerta navajera de mutuos reproches de colaboracionismo con Zapatero, como si durante los últimos ocho años hubiese habido en el Gobierno o en la dirigencia del partido alguien al margen de la lealtad búlgara al líder".
Critica Camacho, y con razón, que el PSOE ahora se arrepiente de los recortes de mayo del 2010, "lo único que hicieron medio bien, a trancas y barrancas; sin ese giro forzado España habría sido intervenida" dice Camacho.
Un último párrafo debería ser de lectura obligada en todos los actos del próximo congreso socialista: "Lo que cabreó a la gente fue el cambio brusco, la falta de coherencia y que el líder no tuviese huevos de reconocer que había fracasado y de dar un paso lateral antes de aceptar una enmienda a la totalidad de sí mismo".
La Razón también lleva a De Guindos y Legaz a su imagen de portada, en una foto que su versión más larga nos recuerda a una rueda de reconocimiento de testigos. En el interior llama también la atención otra foto: la de un grupo de trabajadores norcoreanos en un homenaje al difunto Kim Jong-il: puños en alto, pobreza, frío y una inconfundible sordidez que parece llegada directamente desde los años 40. Si no fuese por los rostros asiáticos (que casi no se distinguen) uno diría que estamos ante una imagen de la batalla de Stalingrado.
El La Gaceta tienen el buen gusto de darnos una doble buena noticia, aunque esté por confirmar: Rajoy apuesta por Eduardo Torres Dulce como fiscal general del Estado. Digo doble porque lo es para esta casa, que es la suya (Torres Dulce es uno de nuestros Cowboys de medianoche) y porque lo es, lo sería, para España: sin duda es una gran elección para ese puesto.
En Público, por último, empiezan a relamerse con el nombramiento de Botella, al fin y al cabo qué mejor que sacudirle a ella si no podemos ya darle a Aznar. Lo hace, como abriendo la veda, Juan Carlos Escudier, que no es ni de lejos el peor columnista de la cosecha del periódico de Roures. Pero hoy se nos desmelena: "Érase una vez un estadista que quiso que su mujer supiera lo divertido que era mandar. Ayudado por un faraón, que ahora es ministro, logró que aquella mujer ultracatólica y homófoba aprendiera que Madrid se extiende más allá de las tiendas de marca de la calle Serrano y que la mendicidad es un contratiempo para limpiar las calles".
Ultracatólica y homófoba, no está mal para el primer día. Luego somos otros los de la caverna.