El Mundo le pone al PP la cara del revés a torta limpia con el asunto de ETA. "Batasuna ya jalea a Fernández Díaz. Júbilo de los radicales", titula. El bofetón lo apoya con la imagen de un etarra con pelos de gusanitos y aspecto de no haber pasado por la ducha en su vida. "Los elogios de Bildu y Amaiur hacia el PP sólo pueden calificarse de envenenados", dice Pero J. "El Gobierno está virando en relación con ETA e intenta hacerlo de forma tal que nadie se dé cuenta", pero los tíos indiscretos de Batasuna, hala, a contarlo a los cuatro vientos como cotorras. "El cambio es tan llamativo como indisimulable". Federico Jiménez Losantos atiza a Oyarzabal, "el Eguiguren del PP", por decir que Rosa Díez da "oxigeno a ETA". Se huele Federico que la política del PP con ETA "va a ser una discreta continuación de la del PSOE" y aporta "dos pruebas: el aplauso a Díaz de Amaiur y el ataque a Díez de Oyarzabal", que ha copieteado el discurso del PSOE y le dijo "lo mismo que el PSOE le decía al PP cuando Rajoy atacaba la negociación del PSOE con la ETA".
Y si Oyarzabal se disfraza de socialista 2006, La Razón le acompaña al baile de Carnaval con el traje usado, muy usado, por El País en esos años con el PP y se lanza a la yugular de Rosa Díez. "Rosa Díez le hace el juego a Bildu y Amaiur", dice. ¿Qué no se lo pueden de creer? Lean, lean, lean y flipen. "Las últimas iniciativas de la líder de UPyD coinciden con la estrategia de Amaiur (...) Esto muestra una falta de sentido de Estado incomprensible (...) Por sentido de Estado, Rosa Díez debe rectificar esta actuación tan poco responsable y abandonar una demagogia que sólo genera división y da oxígeno a los terroristas". ¿A que les ha salido bordado?
Para compensar tanta bilis, le dedica una dosis de peloteo de ponerse colorado a Rajoy a cuenta del congreso del PP en Sevilla, "todo lo contario de lo visto hace sólo dos semanas en el cónclave del PSOE". "Un presidente que sabe conectar con los jóvenes", "indiscutible líder", "los militantes del PP siempre han apoyado a Rajoy desde que asumió la presidencia del PP". Y un cuerno, Marhuenda.
El País se frota las manos echándole las cuentas a Rajoy. "Rajoy teme a los Presupuestos y retrasa las cuentas para después de las andaluzas", dice, aunque luego por lo bajinis, es decir, en el texto de la información, admite que "a estas alturas ya ni siquiera eso es lo más importante. Lo único realmente relevante es la negociación con Bruselas". Y es que dice en un artículo espeluznante que Rajoy "se lo juega todo a una carta" porque "los tiempos son endiablados" y las cuentas que va a presentar son "una auténtica bomba de relojería".
ABC le pide al PP que se deje de pamplinas y deje de hacer manitas con el PSOE. "Su compromiso debe ser con el interés general, antes que con las bondades del consenso". Y por si a Rajoy se le ocurre ser amiguito de Rubalcaba, Carrascal le advierte cual padre a su hijo para que no haga el tonto. "Si espera que Rubalcaba le ayude a salir del atolladero está pero que muy equivocado. Zapatero le engañó cuantas veces se vieron. Rubalcaba, bastante más inteligente, intentará engañarle incluso cuando no se vean".
En La Gaceta, Jesús del Pino también nos cuenta cómo Sevilla tendrá un color especial este fin de semana. "Las aguas del Guadalquivir volverán hoy a su cauce, tras los torrentes socialistas que han agitado Sevilla estas semanas", y es que "con el mapa teñido de azul, será un cónclave de premios, pero no de castigos" y el gordo se lo llevará Cospedal, que "con mano de hierro en guante de seda puso orden en un revuelto patio popular". ¿A que le ha quedado mono?
Y mientras unos disfrutan de la paz y el amor, Público se muere de "miedo al despido". Y es que dice Jesús Maraña que "la reforma laboral otorga al empresario un papel casi despótico, confirmado por las mal disimuladas risas que se escuchan en la cúpula de la CEOE". Y por si no tuvieran bastante, "la cúpula del PSOE no irá a la manifestación del 19-F" porque "los primeros pasos de Rubalcaba van más en la línea de afianzar la estrategia de oposición útil que de movilizarse en las calles". Ohhh, vamos, vamos, no hay que desanimarse.