Según ha podido saber Libertad Digital, ciudadanos de varias comunidades autónomas, concretamente Cataluña, Valencia y Baleares, han recibido una peculiar carta en los últimos días que les invita a donar una muestra de saliva para un estudio genético que pretende analizar el origen de los apellidos catalanes.
La misiva incluye un tubo de ensayo en el que los que decidan participar en el estudio deben depositar una muestra de saliva a partir de la cual se extraerá el ADN del ciudadano, al que por supuesto se garantiza confidencialidad.
Es cosa de hombres
En el estudio sólo pueden participar varones, ya que lo que se va analizar es la evolución del cromosoma Y que, como los apellidos, sólo pasa de padres a hijos. Todo esto presuponiendo, por supuesto, que los padres biológicos coinciden siempre con los legales lo que, de hecho, es uno de los aspectos que pretenden estudiar los investigadores.
Estas muestras genéticas permitirán estudiar las variaciones del cromosoma Y, así como los haplogrupos, que son, tal y como se explica en la propia página web del proyecto "variaciones [genéticas] que se acumulan lentamente y que se encuentran en frecuencias diferentes en poblaciones diferentes".
Con este estudio se busca respuestas para varias preguntas que se han hecho los investigadores como por qué hay apellidos más frecuentes que otros; qué origen tienen en Cataluña apellidos hoy muy comunes en Baleares o Valencia; o qué relación tienen los apellidos patronímicos con los lugares que reflejan.
Catalanes del todo
Uno de los aspectos más llamativos del estudio es que se plante el origen de los apellidos catalanes, pero no de todos los apellidos catalanes. Así, entre los 50 elegidos para el estudio (se pueden consultar en esta lista) todos son de supuesto origen catalán y todos se escriben en lengua catalana.
Sin embargo, según los estudios de la propia Generalidad la realidad actual en Cataluña es bastante distinta: la inmensa mayoría de los apellidos más comunes en esta comunidad autónoma son igualmente comunes en el resto de España (los cinco primeros son García, Martínez, López, Sánchez y Rodríguez) y hay que descender hasta el puesto 27 de la lista para encontrar uno de los 50 elegidos para el estudio.
En una universidad pública
El estudio se está llevando a cabo en el Instituto de Biología Evolutiva de la Universidad Pompeu Fabra, uno de los principales centros universitarios públicos catalanes. Está siendo desarrollado por tres especialistas en el área: Francesc Calafell, David Comas i Jaume Bertranpetit.
Además de una página web el estudio ha abierto también un perfil en Facebook en el que se van desgranando las últimas novedades alrededor del proyecto, como la cantidad de muestras recibidas o a qué apellidos se corresponden.
La investigación está financiada por el Instituto de Estudios Catalanes (IEC), una institución que se define a sí misma como "la Academia Catalana de las Ciencias y las Humanidades" y que, como es previsible, siempre ha tenido un posicionamiento muy catalanista también en lo político.
Curiosamente, uno de los apartados de la página web del IEC está dedicado a la "normalización de nombres", uno de los "servicios lingüísticos" que nos ofrecen y que nos permite saber que si un catalán quiere "catalanizar" su nombre esto es posible y, además, que la traducción de Casas es Cases y la de Piñol, Pinyol.