Ana Mato hace un primer balance de su gestión en el Ministerio de Sanidad, en un momento especialmente complicado habida cuenta de los ajustes realizados ante la situación de crisis económica. Y todo, asegura, bajo la premisa de salvaguardar unos servicios "públicos, universales y de la máxima calidad", a pesar de las proclamas de la oposición.
En el Congreso de los Diputados, la ministra defendió las cuentas relativas a su cartera e hizo bandera de austeridad. Lo primero, dar ejemplo. Y de ahí que de las primeras decisiones que tomara fuera recudir en casi un 25% el número de órganos directivos y altos cargos gracias a fusiones de secretarías y direcciones generales.
Aún más, la titular de Sanidad decidió este misma semana reciclar campañas de sensibilización contra la violencia de género de años anteriores -esto es, realizadas durante la etapa socialista- para ser más eficientes en el gasto. "Así se podrá divulgar el mensaje mucho más", expone su equipo. Se ahorrará un 47% en el diseño de las mismas, según la propia Mato.
"No se trata de hacer recortes, se trata de utilizar mejor y ser más eficientes en el gasto. Al final lo que tiene que hacer un Gobierno, cuando llega, es priorizar el gasto", argumentó, tras celebrar la primera Conferencia Sectorial de Igualdad de la presente legislatura. Si algo destaca Mato, y así lo dijo también en la Cámara Baja, es que el Ejecutivo mantendrá los servicios esenciales, también la Dependencia.