El País exhibe en portada su trofeo. Buena pieza, sí señor. "Dívar dimite por pagar con dinero público viajes privados". José Yoldi, inmisericorde, se lía a dentelladas con el cadáver. Dívar se fue "a la francesa, sin despedirse de nadie y por la puerta falsa". El muy maleducado, mira que no invitar a una copita ni nada. En el editorial, ya van afilando cuchillos por lo que pueda venir. "Se plantea ahora la cuestión de nombrar otro responsable y de restablecer el prestigio de la institución (...) Es importante acertar con el relevo" y que sea de su gusto, ¿eh? A ver qué va a pasar.
El Mundo no lleva a Dívar en portada y se centra en celebrar que "62.000 millones bastaría a la banca en el mayor desastre". Nada, calderilla. Pedro J. está muy disgustado con lo que le ha pasado a Dívar. "La salida es excesiva en relación a los hechos que se le achacan" y quien tiene "muchísimos más motivos para irse es el sindic de Greuges", pero claro, "se ha enrollado en la señera para atrincherarse en el cargo". Uff, amigo Pedro, pues yo que tú tiraría la toalla. Eso es como una muralla inexpugnable. Victoria Prego dice que muy bien, que vale, "la renuncia del señor Dívar era inexcusable", pero ahora "ha llegado el momento de pedir las cuentas a todos los demás", así que hala, uno por uno "todos los vocales del CGPJ que empiecen a dar detalles precisos de todas y cada una de las facturas abonadas con dinero público". Y lanza una advertencia. "Si no lo hacen habrá motivos para sospechar y para empezar a indagar". Que luego no digan que no estaban avisados.
Jiménez Losantos no puede digerir lo de Sortu y el TC. "Con la sortuada, Pascual Sala, cariñosamente conocido como Don Pascualone, culmina una carrera de sectarismo inigualable (...) el felipismo judicial ha conquistado sus últimos objetivos judiciales, se acabó lo que se daba. Todo se robó".
ABC aporta el nombre que obvia Victoria Prego y pide directamente la dimisión del vocal Gómez Benítez por liante. "Usar las instituciones para cumplir objetivos particulares y políticos es también una prueba de deslealtad que debe conducir a la dimisión inmediata. Solo así el órgano de gobierno de los jueces recuperará la credibilidad perdida".
Hermann Tertsch está enfado por lo de Sortu y nos regaña a todos. "Nunca una organización terrorista pudo soñar con tal éxito porque jamás nunca una banda de asesinos se había encontrado con tantos y tan obsequiosos colaboradores en las instituciones del Estado". Pero "¿y España? A perder. La bolsa, la vida y el alma. Y siempre por cobardía e indolencia propias. ¿Cómo nos va a creer nadie si a diario demostramos que no creemos en nada? En España, robar y engañar siempre valió la pena". Jo, Hermann, además de putas, apaleadas.
La Razón tiene un alegrón en el cuerpo que se sale y deja a Zapatero a la altura de betún. "Una banca solvente" titula en portada. A Marhuenda le sabe a poco y lo aliña un poquito más. "Una banca solvente y fiable (...) Las dudas, sospechas y maledicencias que se han lanzado contra la banca española tenían el inconfesado propósito de erosionar la solvencia y acentuar el riesgo país" y "la sobreactuación del PSOE ha resultado, sobre todo injusta, ridícula". Cuidado, Marhuenda, no te metas en ese charco que al final te van a decir que ya lo dijo Zapatero. Y al periódico de Planeta se lo llevan los demonios con lo de Dívar, que ha sufrido "una campaña de acoso inquisitorial de la izquierda, personificada en el vocal Gómez Benítez, muy próximo al PSOE y abogado del exjuez prevaricador Baltasar Garzón", así que ahora debe "tomar su propia medicina y hacer públicos todos y cada uno de sus gastos imputados al CGPJ".
La Gaceta es el único que no está nada, pero nada contento con el "agujero creado por los políticos en las cajas de 62.000 millones" mientras "los partidos se han llevado en el primer trimestre 17 millones en subvenciones". Jo, qué tíos. ¿No podían celebrar la buena noticia como todo el mundo y ya está? No, ellos venga, dale que te pego, siempre tienen que encontrar algo para amargarnos el día. Aguafiestas.