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Casi medio centenar de pueblos almerienses carecen de agua potable

Griñán considera que el agua potable es competencia de los municipios, mientras Gabriel Amat cree que el agua es responsabilidad de la Junta.

Más de 40 municipios almerienses no disponen de manera suficiente y moderna de agua potable, situación que ha sido denunciada expresamente por el presidente de la Diputación almeriense, el popular Gabriel Amat.

En el fondo del asunto late una agria polémica entre la Junta que preside José Antonio Griñán y los municipios afectados por la titularidad de la competencia correspondiente: el presidente de la Junta cree que el agua potable es competencia de los municipios y la Diputación de Almería considera que el agua es responsabilidad de la Junta. 

Por esta causa, un grupo de vecinos de Albox se manifestó el pasado día 26 de junio bajo el llamamiento de la Asamblea para el agua potable, que exige agua potable para toda Almería, un agua que no ha llegado a los pueblos almerienses en toda la etapa de gobierno socialista. Por ello, reclamaron al Ayuntamiento, la Diputación y la Junta que resuelvan el litigio porque es la calidad de la vida en estos pueblos el que está en cuestión. La Asamblea por el Agua Potable incluye a los representantes de la Asociación de Empresarios y Profesionales de Albox -Valle del Almanzora (AEPA), Ecologistas en Acción Almanzora y miembros del Movimiento 15-M local. 

12 años casi perdidos

Hace casi doce años, la Consejería de Salud de la Junta realizó un programa de vigilancia analítica de las aguas de consumo en toda la comunidad y remitía semestralmente los resultados a la Dirección de Salud Pública. En 1999, los municipios sin agua potable llegaban a superar el medio centenar (58), a los que había que sumar, contó El País, las llamadas entidades singulares -núcleos dispersos de población (121)-, con un total de 125.898 habitantes afectados. Otros 58 municipios (89.851 habitantes) se surten de lo que en el lenguaje técnico se denomina agua potable excepcionada: agua que no alcanza los niveles mínimos exigidos de calidad, pero que, por circunstancias estructurales -imposibilidad de acceder a costosos y complicados sistemas de tratamiento-, su consumo es autorizado de manera excepcional y siempre que sea por un tiempo limitado.

Ya era Almería la provincia más castigada, con 20 pueblos y 69 núcleos de población. Dicho con más claridad, casi el 14% de los almerienses carecía de agua potable. Pero hay que añadir que otros 37 pueblos recibían agua con parámetros de sulfatos, magnesio, sodio, manganeso o hierro por encima de los valores deseables -agua excepcionada-. Por tanto, en 1999, 57 de los municipios de Almería y 135.138 de sus ciudadanos sufrían graves problemas de abastecimiento de agua potable.

Le seguía Granada, con 22 municipios y sus 33.513 habitantes sin agua potable, y siete pueblos (6.623 habitantes) que recibían agua en condiciones no aptas para el consumo continuado.

En 1999, hacía muchos años ya que Granada y Almería arrastraban estas carencias. Por el contrario, Cádiz sólo tenía un municipio sin agua potable (291 habitantes) y otro con agua excepcionada (346 habitantes). En Málaga el volumen de población que padecía la falta de agua potable era de 11.274 habitantes y 6.222 de baja calidad.

Tercermundismo inexplicable

Uno de los problemas más importantes de Almería, según el presidente de las Diputación, sigue siendo la falta de suministro de agua potable de 43 municipios, en los que los vecinos se abastecen con cubas de agua, algo que es "inconcebible en el siglo XXI", según Amat. Aunque desde la Diputación provincial se han invertido 9 millones de euros en arreglar instalaciones y en colocar mecanismos para el control de aguas, Amat ha afirmado que es competencia de la Junta la dotación para el suministro de agua potable a los municipios, servicios por los que estos están pagando, y que contrariamente, no se está haciendo.

Según el último informe de la Organización Mundial de la Salud, en 2010, el 89% de la población mundial, o sea, 6.100 millones de personas, utilizaban fuentes de agua potable mejoradas, lo que superaba la meta fijada (88%); se prevé que en 2015 tendrá acceso el 92%. El avance mundial ha sido espectacular puesto que entre 1990 y 2010, unos 2.000 millones de personas consiguieron acceso a fuentes de agua potable mejoradas y sólo el 11% de la población mundial, o sea 783 millones de personas, aún carecen de acceso a dicho bien. El Programa Conjunto OMS/UNICEF prevé que en 2015 habrá todavía 605 millones de personas sin acceso.

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