Y es que sin duda, lo más llamativo de las primeras planas de los periódicos de papel es la fotografía en El Mundo de Zapatero corriendo la media maratón –sí, este hombre todo lo hace a medias– de Edimburgo.
Porque resulta que el expresidente, que cuando estaba en la Moncloa tenía un apego por el hogar que le hacía gastar miles de euros en combustible para el avión presidencial o faltar a encuentros internacionales con tal de dormir en casa, ahora no duda en irse, con su mujer y sus escoltas, hasta Edimburgo a echarse una carrerilla. Eso sí, de riguroso incógnito no se sabe si por la intimidad o por si temía que alguien le cantase las cuarenta en mitad de la carrera: Zapatero se inscribió en la carrera y en el hotel con el nombre de José García. Quedamos a la espera de saber quién pago el viaje de los escoltas.
En el mismo periódico, la carta dominical de Pedro J. Ramírez se dedica a ensalzar a los futbolistas de nuestra selección y a compararlos con nuestros políticos, con desdoro para ya saben ustedes quien. Así, le sacude al presidente –al de ahora, no haya confusiones– un buen mandoble a cuenta de su tiki–taka reformista: "Mientras Rajoy alardea constantemente de las reformas abordadas por su Gobierno –toque, toque y más toque-, los mercados se empeñan en demostrar la fragilidad de su insuficiencia". "Él espera –sigue Pedro J.– que la Unión Europea resuelva nuestros problemas e imagina incluso victorias virtuales, como si los goles cayeran del cielo, pero una y otra vez los hechos le van dejando en evidencia: le ocurrió con el rescate bancario, le ocurrió con el desenlace de las elecciones griegas y acaba de ocurrirle con la tan dramatizada cumbre de Bruselas".
La conclusión es que "vamos de éxito en éxito hacia la derrota final" y, como dice casi al final del artículo, "si antes no hemos marcado un auténtico gol de oro, en cuestión de unas semanas o como mucho un par de meses el árbitro pitará el final del partido y se consumará nuestro descenso de categoría".
En El País nos enternecen con la situación tras los fuegos en Valencia y le dedican al terrible paisaje después de la catástrofe, pero ojo que la foto tiene algo de truco: captada con un teleobjetivo que achata la imagen se da la sensación de que el pueblo está en la mitad de una ladera calcinada cuando se diría que en realidad está a este lado del valle. La cosa, no obstante, no deja de ser dramática.
Otra cosa que llama la atención en el periódico de Prisa: la encuesta que en el interior cuenta en una doble página que abre la sección nacional en portada está escondidita, en pequeñito y que casi no se ve. Vale que el sondeo es dramático para el PSOE y terrorífico para Rubalcaba, pero pagar toda una encuestaza para eso...
Un último detalle de El País: nada más empezar el periódico (páginas dos y tres) nos dan un susto del que nos costará recuperarnos: "EEUU vive el fin del fenómeno Obama". Puede que al otro lado del Atlántico no lean este periódico con la atención que sin duda merece, pero si yo fuese el presidente useño me lo haría mirar: si hasta el país ha perdido ya su furibundo obamismo es que lo debe estar haciendo fatal. Esperemos que Pepiño no le retire su apoyo, por que eso sí que podría ser el golpe de gracia para la reelección.
En ABC lucen en portada su entrevista con Sáenz de Santamaría, la primera que la vicepresidenta concede tras ser nombrada, pero nosotros nos quedamos con la imagen de otra política prominente: una lesionada Carme Chacón a la que encontramos en la página seis con su pierna escayolada hasta casi la rodilla y enseñándonos los deditos. Parece ser que a la lideresa del PSC le han operado el tendón de Aquiles, no nos extraña recordando las cosas tan raras que hacía con las piernas en las portadas de ciertos dominicales.
En La Razón se nos descuelgan con una de esas portadas un tanto peculiares a las que Francisco Marhuenda nos tiene acostumbrados de un tiempo a esta parte. "Ajustar para levantar España", con el dibujo de una especie de levantador de piedras que, con supremo esfuerzo de ruedas dentadas y poleas, alza un par de toneladas con la bandera rojigualda. ¿Metáfora de un país con el que ya no podemos?
Pero lo mejor del periódico de Planeta nos espera en la última página, con un brillantísimo artículo de Ussía a cuenta del viajecito del etarra para que le miren en Basauri la cosa de su fertilidad: "No hay en el Puerto de Santa María –ni en Jerez, ni en Cádiz, según parece-, nadie capaz de analizar los liquiditos de Jon Koldo y asegurarle su capacidad de fecundar". Dice Ussía que esto dará fama internacional al "The Pajorras Basauri Center", que es el poco eusquérico nombre que le da al lugar, y se muestra casi diríamos que satisfecho, aunque con no poca ironía: "Como defensor a ultranza de la vida, y sobre todo, del derecho a vivir de los seres más indefensos, le deseo a Jon Koldo que su periflús posea millones y millones de espermatozoides morroskos y que uno de ellos, el más poderoso, siembre la luz en las entrañas de su elegida". Lo malo será el bautizo laico en Caracas si el etarra, y qué poco nos extrañaría, acaba poniendo los pies -y los espermatozoides– en polvorosa.
Terminamos nuestro repaso con La Gaceta, que nos obsequia con una interesante información sobre los "altos cargos socialistas que siguen en sus puestos tras el final del zapaterismo".
No les gusta nada a los compañeros de Intereconomía este curioso caso de este PP tan tibio, al que en su editorial acusan de "hacer el primo, en la quinta acepción del diccionario". No acaban de decirlo, pero cuando se preguntan si la cosa es "¿democracia purista? ¿Candor pazguato en estado puro?" o "¿Incompetencia en los criterios elementales de una política de nombramientos?" casi están dándonos la respuesta.