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La prensa de un vistazo

Curri Valenzuela y el ministro "imprudente" que provocó "las risas" a sus compañeros

La prensa alegra el día a los casimileuristas funcionarios, que cobrarán la extra, mientras la calle está que arde.

El Mundo cuenta que "el Gobierno está preocupado por la escalada de la ira ciudadana" mientras que PSOE e IU dan palmas de contentos y "protestan por el blindaje del Congreso". Dice David Gistau que "el parlamento confiesa un complejo de asedio" y que los políticos están súper agobiados. "El estado de sitio castiga a una fallida casta de intocables, por más que el socialismo busque vías para integrarse en el lado contestatario de la calle". Y es que resulta que los socialistas quieren entonar el "pío, pío que yo no he sido" y convertirse en víctimas, "empresa imposible para Rubalcaba, aplastado por su propia responsabilidad junto a Zapatero". Pero hete aquí que Valenciano "ya ha metido la patita por debajo de la puerta" para ver si a la gente se le ha olvidado ya quién gobernaba hace seis meses, hija qué prisa, y ha dicho que no son responsables de nada, que pasaban por allí. "Valenciano largó la frase para comprobar si ese momento ha llegado, y la reacción de la gente le habrá hecho comprender que es mejor que no lo vuelva a intentar hasta el año 9.999. La negación de la realidad bascula entre el cinismo y la mentecatez. Valenciano ni siquiera ha conseguido pasar por cínica".

Jiménez Losantos habla del nuevo presidente del CGPJ y se descubre ante el PSOE. "La operación para hacerse con el CGPJ le ha salido redonda a Margarita Robles". "La extrema izquierda judicial ha conseguido lo que no podía ni soñar" y pese a la "mayoría absolutérrima" del PP en las elecciones se han hecho con el poder judicial. "Han mareado la perdiz durante treinta votaciones y tras una semana cultivando el horror vacui, hete aquí que aparece al frente del Gobierno de los Jueces un magistrado que no representa en absoluto a la profesión". Oye, magistral.

El País sin embargo, está encantado. Este sí que les gusta. "Un magistrado progresista presidirá el Supremo", dicen como si no se lo pudieran creer. Ya lo dice José Yoldi. "La rebelión de los desterrados y el voto en contra devuelve al consejo al orden establecido", que no puede ser otro que el que ellos decidan, solo faltaba. El País da por acabada su guerra tras la victoria. Ahora, "que los contendientes enfunden las armas y empiecen a hablar", ordena en el editorial.

ABC está muy emocionado. "El Rey se baja el sueldo", qué pedazo de rey tenemos. En el editorial, cuenta a las autonomías que, por mucho que pataleen, está cerca su final. "Andalucía, Canarias o Cataluña demuestran que la autonomía política se ha convertido en un ariete contra el interés nacional y en la coartada de la deslealtad" pero se pongan como se pongan "España camina hacia una revisión de su organización territorial". Y Curri Valenzuela cuenta que, tras seis meses currando, los ministros están cansados. "¿Cuándo vamos a tomarnos unos días de vacaciones?", preguntó el otro día un ministro a varios de sus compañeros. Los otros se echaron a reír, ante el pobre inocente. "Rajoy no ha dicho ni palabra y excepto ese imprudente, los ministros no se han atrevido a preguntar", que no está el horno para bollos.

La Razón también atiza a las comunidades autónomas. "El Gobierno ha dado 44.000 millones a las autonomías para evitar su quiebra", pero a estas, niñas mimadas y desagradecidas no les parece suficiente. "El ejemplo del Rey y del Príncipe debería servir para aclarar, de una vez, a las comunidades autónomas, que la situación ha cambiado. El Gobierno ha acudido en ayuda de las autonomías soportando por sí mismo una primera y durísima reducción del déficit y facilitando la financiación, por eso les corresponde cumplir estrictamente". Ja.

La Gaceta nos cuenta cómo está el patio. "CCOO y UGT: Estamos en situación de guerra", dicen. Y piden "elecciones anticipadas", esos locuelos impacientes. Mientras, el PSOE también está mordiéndose las uñas porque quiere "sumarse cuanto antes a la inercia de las movilizaciones y, de paso, sacudirse el estigma de su gestión". Venga, valientes, a la calle a mezclarse con la gente hasta el gorro. Y sin escoltas, a ver cuánto duráis.

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