La prensa está encantada y relajada en este veraniego sábado de julio porque los bancos han aprobado los exámenes de julio y ya nos podemos ir todos de vacaciones con un cate menor de cinco cajillas sin importancia, la maría de siempre.
El País dice que "las pruebas de solvencia son la base para que se recuperen el crédito y el interbancario en Europa" y que España ha aprobado con nota. "El sistema financiero español ha hecho un esfuerzo de transparencia muy por encima del que han realizado otros países europeos". Y concluye que sería de "mala fe" que los mercados se empecinaran en mantener la desconfianza.
También habla del viaje de Zapatero a Cataluña para calmar la "desafección" que aflige a los catalanes. Al presidente le ha entrado un ataque de responsabilidad tras años sacudiéndose cualquier implicación en los problemas del país y ahora dice que "asume su parte de responsabilidad" en el recorte del Estatuto catalán.
El Mundo también se felicita del aprobado de los bancos españoles y le mete el dedo en el ojo a Cataluña destacando que "sólo las cajas catalanas fusionadas con criterio político por el Tripartito y otros dos grupos pequeños necesitarían 1.800 millones en el peor de los escenarios". "He aquí otra prueba del nefasto legado de Montilla y sus socios de opereta", dice en el editorial.
Del nuevo episodio Zapatero-Estatuto dice que el presidente "ahuyenta la sombra del independentismo: "me voy a dejar la piel para que no pase". Salvador Sostres le asienta un tortazo a Montilla y le pone como un trapo en su columna. "Su falta de aptitudes políticas, intelectuales y de principios le han convertido en el político más ineficaz y triste de la Historia de Cataluña". El jueves "se fue a La Moncloa por el finiquito" y "Zapatero, fiel a su estilo, le recibió entre sonrisas y mentiras". "Ese examoista (sic) de Iznájar, tosco e iletrado, que ha pretendido ser uno más de la burguesía catalanista, naturalmente sin serlo", le dice al president.
La Razón también tira cohetes con el resultado de las pruebas bancarias. "Para España, los test han sido un instrumento muy positivo que nos consolida en un contexto de inquietud y vacilaciones", dice y concluye que "nuestro sistema está en condiciones de asumir cualquier reto". Sin embargo, ABC pone freno a tanto entusiasmo. "A pesar de los resultados razonables que consigue la banca española, el Ejecutivo debería ser prudente antes de lanzar una de sus habituales operaciones de propaganda".
En su columna, José Manuel de Prada analiza "la cuchipanda" para conmemorar el aniversario de Zapatero y dice que "en la cursilería y mamarrachez de Zapatero hay siempre un trasfondo inquietante". "Hay en Zapatero un regodeo en la cursilería que, de primeras, promueve nuestro alipori" pero que al final se convierte en "pavor".
Y Público también está encantado con la "prueba superada" de los bancos, aunque apremia para que eso se traduzca en que "el dinero llegue al sistema productivo". Y Antonio Orejudo rompe la línea de Roures y critica los tejemanejes de Montilla y Zapatero dejándonos estupefactos. "No me cabe en la cabeza que dos presidentes se compinchen para burlar el espíritu de una sentencia discutible, pero dictada por el tribunal más alto del Estado". El propio periódico le contradice en el titular de la información sobre la visita de Zapatero a Cataluña. "Zapatero intenta recomponer el desgarro por el fallo del TC".
La Gaceta analiza la resolución sobre Kosovo y dice que la problemática de la provincia balcánica se parece a Cataluña y el País Vasco "como un huevo a una castaña" y subraya que Montilla, "con trastornos de personalidad político-identitaria", se apresuró a rechazar paralelismos". Subraya que la culpa de todo la tiene el presidente del Gobierno por empecinarse "en alentar los demonios secesionistas". "Es francamente dudoso que los nacionalismos vasco y catalán busquen otra cosa que perpetuar su cómodo estatus de garrapatas del sistema para succionar recursos de la caja común".
Y de paso logra relacionar a Ana Obregón, nuestra Obregón sí, la inauguradora oficial del verano con... Bono. Y es que resulta que uno de los inmigrantes sin contrato que trabajaba en la hípica del presidente del Congreso cuidaba, entre otros, de los caballos de una sobrina de Ana García-Obregón. ¿Tendrá algo que ver con el divorcio de Bono o estoy rizando el rizo?