Tan sólo dos apuntes, con todo respeto, y a trueque de que no me publiquen el comentario. El primero es que la Biblia (de la cual la Iglesia Católica Romana acepta su carácter inspirado como Palabra de Dios) afirma en varias ocasiones que todo cristiano es santo; por lo que, lógicamente, en ningún lugar se habla de canonizaciones, beatificaciones ni nada por el estilo. El segundo punto versa sobre la decisión de Joseph Ratzinger de no acatar una ley del Código de Derecho Canónico que ellos mismos han promulgado, y que, por cierto, el propio Juan Pablo II firmó. También la Biblia enseña en más de una ocasión que Dios no tiene favoritismos.
Que trabajo les costaba escribir Wojtila con el palito sob re la ele? Es una ele que se pronuncia lwa pero con la lengua hueca a la catalana
Santo subito !!
Juan Pablo II queria mucho a España. Ahora él es Venerable y pronto Beato y luego Santo ; Hacen falta Milagros y nosotros necesitamos Uno.
[sazan] Agradezco su respeto al presentar sus apuntes, pero me temo que pecan de algunas inexactitudes.
Para empezar, es cierto que la Biblia afirma que todo cristiano es santo, pero recuerde que también afirma que no es cristiano quien lo aparenta o quien dice serlo, sino que sólo lo es quien pone en práctica y vive según los principios y valores de la doctrina cristiana (de modo que el "todo cristiano es santo" se puede entender como un "todos los que vivan siguiendo la doctrina cristiana entran en el cielo"). Así, para saber si una persona es "santa" antes hay que saber si es "cristiana" atendiendo a las obras que realizó en vida y a otros indicios que puedan constatarse.
Por otra parte, los procesos de beatificación y canonización no hacen que el beatificado o canonizado sean o no "santos", entendido como figura en la Biblia, ya que ese tipo de "santo" es todo aquel cuya alma entra en el cielo (y eso sucede o no independientemente del resultado de cualquier proceso de beatificación o canonización que pueda llevarse a cabo).
En el marco de un proceso de beatificación o de canonización, se llama "santo" no a quien ha entrado realmente en el cielo (cosa imposible de constatar) sino a aquel de quien se tenga una seguridad razonable de que haya sido así. Por ello, el santoral está compuesto por personas de quienes se tiene la casi total seguridad de que sus almas han entrado en el cielo, de modo que la Iglesia declara que esa persona es ejemplo a seguir.
Así, aunque realmente sólo hay "santos" y "no santos" según hayan entrado en el cielo o no, sí hay tres "niveles de santidad" en cuanto a la declaración de santidad de que puede ser objeto una persona:
Al declarar a alguien "venerable" se destaca que en vida ha puesto en práctica las virtudes cristianas en grado heróico, lo que es digno de encomio.
Al declarar a alguien "beato" se destaca que, además de profesar virtudes heróicas, se ha constatado la existencia de un milagro relacionado con su persona (lo que se entiende como prueba de que Dios se ha complacido con la vida de esa persona)
Finalmente, al declarar a alguien "santo" se destaca que su vida es ejemplo a seguir para todos (la "canonización" significa que a aesa persona se la declara "canon" a seguir), para lo cual se debe probar un segundo milagro.
Pero, como digo, el fallecido es o no santo desde el mismo momento de su muerte, sin que cuente en ello para nada la declaración pública de su santidad.
Por último, critica vd "la decisión de Joseph Ratzinger de no acatar una ley del Código de Derecho Canónico que ellos mismos han promulgado, y que, por cierto, el propio Juan Pablo II firmó". El caso es que Benedicto XVI no ha violado nada ya que es privilegio papal el poder dispensar de dicha espera, lo que hace que las dispensas sean conforme a derecho.
Concretamente, las dos últimas dispensas de este tipo que se han concedido han sido para dos personas cuya fama de santidad es aclamada en todo el mundo (la que Juan Pablo II concedió a la muerte de la Madre Teresa de Calcuta y la referida en este artículo). En ambos casos la santidad es tan obvia y tan aclamada universalmente por los cristianos que sí procede conceder la dispensa del plazo (sin que ello signifique que se perjudique en lo más mínimo el rigor del proceso en sí).
Un saludo.
PD: La información se puede constatar en las siguientes fuentes:
[http://www.es.catholic.net/santoral/147/2521/articulo.php?id=23323]
"Podríamos empezar diciendo que el proceso de canonización es algo así como la capacidad de discernimiento, con apoyo doctrinario y la ayuda de Dios, de la santidad de una persona en base a su perfecta ortodoxia y el ejercicio de virtudes llevadas al grado heroico con el propósito de, dándole reconocimiento por el grado de perfección alcanzado, presentarla como modelo de conducta a los creyentes y como poderoso intercesor ante Dios."
"Los santos mismos, desde luego, no tienen ninguna necesidad de ser venerados. Según la metáfora de San Pablo, ellos han corrido ya la carrera y ganado sus laureles. La canonización es, en otras palabras, un ejercicio estrictamente póstumo."
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[http://www.iuscanonicum.org/index.php/derecho-procesal/47-otros-procesos-canonicos-especiales/247-el-proceso-de-beatificacion-y-canonizacion]
"Para introducir una causa de beatificación se exige que transcurra un plazo. El derecho exige actualmente que haya transcurrido un plazo de cinco años desde la muerte del fiel y que no hayan pasado cincuenta años. Anteriormente se establecía que debían transcurrir más de cincuenta años antes de iniciar el proceso de beatificación. La legislación actual ha decidido reducir el plazo a cinco años para evitar la desaparición de pruebas. De todas maneras, el Papa puede dispensar del plazo de cinco años. En los últimos años se han dado dos dispensas: una concedida por Juan Pablo II para iniciar el proceso de la Madre Teresa de Calcuta, y otro por Benedicto XVI para iniciar el proceso de canonización de Juan Pablo II."