Un internauta incauto le contó que su abuela, ya muerta, "pagaba todos los años una misa ‘por la conversión de Carrillo’. Cree el internauta que "no ha surtido efecto, aunque dicen que cuando uno se va haciendo mayor empieza a pensar en Dios, tener fe, pensar en lo que hay después de la muerte... cielo, purgatorio... ¿Es su caso?".
El desabrido comunista no tuvo reparo en desairar a la abuelita. "Efectivamente, su abuela perdió tiempo y dinero con esas misas", contestó Carrillo.
Eso sí, le agradeció "la buena intención que tuvo al pagarlas, pero para mí el problema religioso nunca ha sido un problema. He sido ateo desde niño, me he criado en un hogar ateo". Y acabó filosofando. "Tengo una idea muy definida y clara: se nace, se vive y se muere. Una vez que uno muere, se ha acabado. Polvo eres y en polvo te conviertes. No hay más". Y además dio una buena noticia. "No habrá más Santiago Carrillo cuando yo me vaya. Lo acepto, como acepto la vida. A estas alturas tengo el asunto intelectualmente resuelto, no me preocupa en absoluto".
"Estoy seguro que muchos creyentes cuando ven cómo está el mundo hoy es imposible que no tengan alguna duda sobre la existencia de un ser todopoderoso y magnánimo porque si existiera tal ser, ¿cómo se explica uno lo que pasa en el mundo cada día, los desastres naturales, las guerras, las represiones masivas?", se preguntó.
Además, Carrillo confesó públicamente que está incumpliendo la ley antifumadores y no tuvo reparo en pavonearse de fumar en la redacción de El Mundo.
Fue en respuesta a un internauta que le preguntó por la ley. "Usted como gran fumador que fue, ¿qué opina de la ley actual antitabaco? ¿cree que la sociedad no diferencia al fumador del tabaquismo, como si que es capaz de diferencial el bebedor del alcoholismo?". "Como gran fumador que soy", corrigió Carrillo. "Estoy fumando ahora mismo", proclamaba el comunista desde la redacción de El Mundo, además de espacio cerrado lugar de trabajo.
"Opino que la Ley Antitabaco nos convierte a los fumadores en delincuentes, en una raza a extinguir. Me siento perseguido. Creo que en este tiempo es mucho más normal y aceptable un alcohólico que un fumador. No hay ninguna prohibición para los alcohólicos".
Carrillo imita así a los diputados que impusieron la ley, que fuman en la cafetería, despachos y lavabos pese a que está prohibido. Y a Zapatero, que fumó en Antena 3 tras su entrevista con Lomana.