L D (Europa Press) La labor de los aviones y helicópteros, que vierten sus cargas de agua sobre el perímetro del incendio, ha impedido que las llamas avancen hacia otras zonas. La menor intensidad del viento, que el sábado, debido a las fuertes rachas registradas, propagó con rapidez las llamas en distintas direcciones, facilita los trabajos llevados a cabo por las brigadas terrestres.
Los vecinos de los pequeños núcleos rurales de Calasanz, Purroy de la Solana y Castillo del Pla permanecen este domingo en sus viviendas, a pesar de que el sábado fueron cursadas órdenes de evacuación que motivaron el desalojo durante un cierto periodo de tiempo de sus viviendas.
Una vecina de Castillo del Pla comunicó que la situación "tiene mejor pinta", aunque indicó a renglón seguido que el fuego no está todavía controlado y que puede ver desde su casa cómo los equipos de extinción trabajan a ciento cincuenta metros de la población. Por su parte, los vecinos del pequeño núcleo de Gabasa fueron trasladados durante la tarde del sábado a una residencia de Peralta de la Sal, debido a la proximidad que habían alcanzado las llamas de sus viviendas.
El incendio comenzó el sábado con tres frentes activos, dos de los cuales pudieron ser controlados inicialmente, pero no el tercero a causa de un barranco que impidió actuar a los vehículos y medios terrestres disponibles.
A las tareas de extinción, y a medida que el fuego se propagaba sin control, se sumaron tres helicópteros con base en Bailo, Peñalba y Alcorisa más otro de coordinación, el avión del Ministerio de Medio Ambiente con base en Monflorite y un hidroavión procedente de Reus (Tarragona), aunque en distintos momentos llegaron a intervenir hasta 17 medios aéreos.
El denso humo producido por las llamas dificultó también el tráfico en un tramo de la carretera N-230, en los términos municipales de Estopiñán del Castillo y Benabarre, por lo que desde la Dirección General de Tráfico se activó el nivel amarillo que avisa de circulación irregular.
Los vecinos de los pequeños núcleos rurales de Calasanz, Purroy de la Solana y Castillo del Pla permanecen este domingo en sus viviendas, a pesar de que el sábado fueron cursadas órdenes de evacuación que motivaron el desalojo durante un cierto periodo de tiempo de sus viviendas.
Una vecina de Castillo del Pla comunicó que la situación "tiene mejor pinta", aunque indicó a renglón seguido que el fuego no está todavía controlado y que puede ver desde su casa cómo los equipos de extinción trabajan a ciento cincuenta metros de la población. Por su parte, los vecinos del pequeño núcleo de Gabasa fueron trasladados durante la tarde del sábado a una residencia de Peralta de la Sal, debido a la proximidad que habían alcanzado las llamas de sus viviendas.
El incendio comenzó el sábado con tres frentes activos, dos de los cuales pudieron ser controlados inicialmente, pero no el tercero a causa de un barranco que impidió actuar a los vehículos y medios terrestres disponibles.
A las tareas de extinción, y a medida que el fuego se propagaba sin control, se sumaron tres helicópteros con base en Bailo, Peñalba y Alcorisa más otro de coordinación, el avión del Ministerio de Medio Ambiente con base en Monflorite y un hidroavión procedente de Reus (Tarragona), aunque en distintos momentos llegaron a intervenir hasta 17 medios aéreos.
El denso humo producido por las llamas dificultó también el tráfico en un tramo de la carretera N-230, en los términos municipales de Estopiñán del Castillo y Benabarre, por lo que desde la Dirección General de Tráfico se activó el nivel amarillo que avisa de circulación irregular.