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LA PRENSA DE UN VISTAZO

Defendiendo a Carla Bruni y mirando a Miguelín

Miguelín es, desde sus seis metros de altura, el protagonista de las portadas de este martes, en las que sólo comparte espacio con Zapatero y con el mismísimo vicepresidente de los EEUU, Joe Biden. En los textos destacan las pocas pero atinadas defensas de Carla Bruni, insultada por Irán.

Por ejemplo la que hace Hermann Tertsch en un espléndido artículo de provocador título: De putas y santas, en el que aunque muestra cierta antipatía por la Bruni: "Nos resulta muchas veces antipática, especialmente cuando insiste en cantar, grabar y difundir esas insufribles canciones que perpetra".

Pero en el fondo se rinde ante la primera dama francesa: "Sabemos que la niña angelical es un bichito. Pero bichitos —y bicharracos— hay muchos y pocos tan seductores y deliciosos". Lo más importante, no obstante, es su mensaje a las mujeres insultadas por la teocracia iraní: "Benditas todas las mujeres que sean tachadas de putas por esa jauría de fanáticos que son los ayatolás, el presidente iraní Mahmoud Ahmadineyad y todo el movimiento islamista que intenta que cuaje en nuestras sociedades libres ese oscuro credo de odio e imposición, pesadilla para tantos pueblos sometidos".

Y, sobre todo, el mensaje final que justifica el título: "Donde somos tantas las putas debe haber santas. Y santas deben ser para los ayatolás de Teherán todas las ministras socialistas españolas, tan feministas ellas, que aún no han abierto la boca ni para darse por enteradas de que el drama humano de Ashtiani existe".

Más de fondo, si cabe, es el artículo que sobre el tema firma JA Gudín en La Razón, Bruni y el islam, en el que destaca en primer lugar que "parece que a las feministas españolas les está costando un poco más levantar la voz, tal vez porque no está Israel de por medio".

Pero para Gudín lo peor es "el silencio sepulcral de los líderes musulmanes que viven en Europa o América, como si no fuera con ellos una lapidación decretada al amparo del Corán. Es en casos como éste cuando Occidente duda con fundamento de que exista realmente un islam moderado capaz de plantarle cara a los predicadores de la guerra santa y la teocracia".

Hablando de islam y de los musulmanes, sigue el culebrón del diputado socialdemócrata alemán que ha lanzado un libro con el título Alemania se disuelve y que para promocionarlo está haciendo declaraciones más que polémicas a diestro y siniestro. Después de hablar sobre un supuesto gen que comparten los judíos ahora se descuelga con un análisis político – económico de la población musulmana en su país: "Cuestan más de lo que aportan". Lo curioso de la situación es que el apellido del interfecto es Sarrazin, que no sé a ustedes, pero a mí me suena a sarraceno.

Siguiendo en Oriente Medio y aledaños no podemos dejar de citar la preocupación de El País, tras tanto clamar contra la Guerra de Irak, porque ahora los iraquíes se enfrenten "al vacío de poder". Una estrategia muy de la izquierda mediática y que se resumiría en la frase, muy usada por Luis Herrero, "palo si bogas, palo si no bogas".

Es el periódico de Prisa uno de los lugares en los que hay que buscar las imágenes de la visita de Gadafi a Roma, no por las bellas modelos que el dictador libio contrató para que asistiesen a su conferencia, de las que hay dos buenas imágenes en ABC, sino por la foto irrepetible en la que Gadafi, totalmente transformado en una versión avejentada de King África, saluda a un Berlusconi con cara de circunstancias.

Hablando de imágenes de impacto, la página 65 de La Razón erizará el vello del más pintado con la instantánea del "baño de amor", así titulan, de la duquesa de Alba (¡en bikini!) y su pareja, Alfonso Díez.

Más razones para el susto: las que nos da una pequeña noticia en El Mundo en la que el propio Fidel Castro cuenta que volvió del mundo de las tinieblas: "Llegué a estar muerto, pero resucité". Algo que no ha conseguido ni el mismísimo Che Guevara. Además, nos enteramos de que el sátrapa caribeño es "capaz de caminar 600 pasos sin ayuda"; ojo: ni 599 ni 601, debe ser por aquello de la planificación comunista.

Por cierto, que en su análisis de la actualidad mundial Castro avanza que el día 9 de septiembre empezará una guerra nuclear. ¿Será que ese parecido cada día más evidente con el curandero Carlos Jesús no es casual?

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