LD (Europa Press) El primer grupo se dedicaba al robo en establecimientos y al hurto en mercadillos, así como a la explotación sexual de mujeres y a la falsificación de documentos. Sus actividades se desarrollaban en la provincia de Cádiz y en la zona del Levante español, principalmente en las provincias de Alicante y Murcia, y estaba compuesto por ciudadanos rumanos.
El segundo de los grupos, que se había especializado en el tráfico de drogas, estaba integrado por españoles, rumanos y marroquíes y su campo de operaciones se circunscribía a la provincia de Cádiz. Según indicó la Policía, estaban "perfectamente organizado y jerarquizado" y había conseguido alcanzar un alto grado de experiencia y preparación para introducir a gran escala "hachís" procedente de Marruecos.
Posteriormente, la droga era distribuida al resto de España a través de los frecuentes contactos que la organización mantenía con otros pequeños traficantes. En otras ocasiones, utilizaban a jóvenes de nacionalidad rumana, obligadas a ejercer bajo coacción la prostitución en diferentes clubes, para la venta de dichas sustancias entre sus propias compañeras y a los clientes que visitaban los locales.
El nexo de unión entre ambos grupos eran los individuos de nacionalidad rumana que, si bien en la zona de Cádiz actuaban de forma conjunta con españoles y marroquíes, en la zona de Alicante y Murcia operaban individualmente.
Modus Operandi
Los responsables del grupo captaban a hombres y mujeres en su país, en las zonas de Braila y Ploiesti, y los trasladaban directamente a Alicante, bajo la promesa de un trabajo digno y bien remunerado. Una vez en España, los varones eran obligados a la comisión de hechos delictivos, como sustracción de bolsos y carteras en los mercadillos establecidos en las localidades de la zona, sustracción de efectos en el interior de vehículos, hurtos en grandes almacenes y robos con intimidación.
Las mujeres eran coaccionadas a ejercer la prostitución, tanto en la vía pública como en clubes, siempre bajo el control estricto de algún integrante de la red. Las ganancias y efectos obtenidos con los robos eran entregados diariamente a los dos responsables, encargados en última instancia de darles salida, bien mediante encargos previamente recibidos o vendiéndolos las mujeres entre las compañeras de trabajo.
Durante el operativo, también se intervinieron numerosos efectos procedentes de robos, 2.200 kilos de resina y polen de hachís, armas y pasaportes falsificados. Además, fueron detenidas nueve personas por infracción a la Ley de Extranjería.