L D (EFE) Los arrestados son Pablo Miguel y Rodrigo Ezequiel G.F., de 24 y 21 años, que están acusados de tres robos con intimidación, lesiones y atentado contra agente de autoridad, informa la Jefatura Superior de Policía de Madrid. La que iba a ser su cuarta víctima en la noche del pasado día 21 resultó ser policía, al que intimidaron con una navaja, ante lo que el agente se identificó como tal, momento en el que se abalanzaron contra él.
Los atracadores vestían ropas de simbología nazi y en ocasiones pedían a sus víctimas que gritaran "Arriba España" y en el registro practicado en su vivienda se intervino numerosa documentación relacionada con los "skin head", cruces gamadas y armas blancas con símbolos nazis.
Todo ocurrió la noche del pasado viernes, cuando los dos hermanos se encontraban en las inmediaciones de la estación de trenes de Chamartín entre las diez y las diez y media, momento en el que asaltaron en tres ocasiones a otros tantos jóvenes a los que intimidaron con una navaja y les obligaron a entregar el dinero en efectivo, los teléfonos móviles y todo lo que llevaran de valor. Tras hacerse con el botín, les amenazaban diciéndoles que se quedaban con sus DNI para saber sus direcciones y que si daban de baja sus tarjetas de crédito o sus móviles irían a buscarlos para "rajarlos". En alguno de los casos obligaban a sus víctimas a realizar el saludo nazi, con la mano en alto, al tiempo que debían gritar "Arriba España" mientras desataban los botones de sus cazadoras para que las víctimas pudieran ver sus camisetas con la esvástica.
En torno a las diez y media de la noche los dos hermanos lo intentaron con una cuarta víctima que resultó ser un policía que acababa de terminar su jornada de trabajo en la Comisaría de Chamartín y se dirigía a casa dando un paseo. El agente cruzaba la calle de Enrique Larreta cuando los hermanos, uno de ellos navaja en mano, le pidieron que les entregara su cartera. El policía se negó y entonces el que esgrimía el arma blanca, Rodrigo Ezequiel, se abalanzó hacia él con intención de pincharle en el abdomen. El agente esquivó la agresión y sacó su arma reglamentaria para identificarse como policía y les conminó a que tiraran la navaja al suelo, pero el hermano de Rodrigo le gritaba "pínchale, pínchale" y "¿Qué va a hacer él, pegarte un tiro?". Rodrigo se abalanzó de nuevo contra el agente y éste rechazó la agresión dándole un golpe en la cara con la culata de su arma. Los hermanos desistieron de su intento de robo y emprendieron la huida a la carrera.
El agente corrió tras ellos mientras recogía algún efecto que se les caía de los bolsillos, parte de los botines que consiguieron minutos antes. El policía logró perseguirles sin ser visto y así se mantuvo para comprobar a qué inmueble accedían y al tiempo pedir colaboración a la sala del 091. Los dos hermanos accedieron al portal número 7 de la calle de Manuel Ferrero y cuando llegaron refuerzos el agente relató lo sucedido y buscaron a los hermanos, que vivían en ese lugar, donde los detuvieron y trasladaron a la Comisaría de Chamartín, donde también fueron a lo largo de la noche las otras víctimas para denunciar los tres robos y quienes reconocieron a los autores.