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Don Juan Carlos cumple su deseo de visitar la Antártida siete años después

El Rey Don Juan Carlos ha comenzado este sábado su anhelada visita a los lugares de la Antártida donde trabajan más de 80 expertos españoles en tareas de investigación científica. El monarca embarcaba el viernes por la noche en el rompehielos "Contraalmirante Viel", tras recorrer junto al presidente de Chile, Ricardo Lagos, las instalaciones de la base permanente chilena "Eduardo Frei Montalva", en la isla Rey Jorge.

El Rey Don Juan Carlos ha comenzado este sábado su anhelada visita a los lugares de la Antártida donde trabajan más de 80 expertos españoles en tareas de investigación científica. El monarca embarcaba el viernes por la noche en el rompehielos "Contraalmirante Viel", tras recorrer junto al presidente de Chile, Ricardo Lagos, las instalaciones de la base permanente chilena "Eduardo Frei Montalva", en la isla Rey Jorge.
L D (EFE) Los dos jefes de Estado se despidieron al aire libre, mientras caía una copiosa nevada sobre la isla, pronunciando dos improvisados discursos en los que pusieron de manifiesto lo mucho que une a sus dos países, tras lo que se dieron un expresivo abrazo "de hermano y de amigo", en palabras del Rey.

Ambos pusieron a prueba su buena forma física en el recorrido que efectuaron para acercarse a un criadero natural de lobos marinos, aprovechando los cero grados de temperatura, que allí se considera buena, y la luz diurna existente pese a ser las diez de la noche. En su visita, comprobaron las rígidas medidas de cada una de las 70 bases antárticas establecidas en el continente blanco, dos de ellas españolas, para evitar cualquier tipo de contaminación por la actividad humana en estas zonas vírgenes.

Con el primer declinar del sol, casi a la medianoche del viernes, Don Juan Carlos fue transportado en un helicóptero hasta el rompehielos chileno "Viel i Toro", en el que inició una travesía de 80 millas para llegar al lugar en el que, desde hace trece años, España desarrolla sus proyectos de investigación antártica. De esta forma, el Monarca verá realizado su antiguo proyecto de conocer en persona, en las islas Livingston y Decepción, los lugares en los que científicos y militares españoles desempeñan su trabajo cada verano austral, en las bases "Juan Carlos I" y "Gabriel de Castilla".

Desde que en 1996 Don Juan Carlos expresara al entonces presidente chileno Eduardo Frei su deseo de viajar a estas bases, diversas circunstancias, sobre todo las climáticas, han impedido la realización de la visita. También esta vez, el inicio del recorrido por el territorio antártico ha tenido que sufrir un retraso de 11 horas para que las duras condiciones meteorológicas de la zona permitiesen el aterrizaje del avión "Hércules" de la Fuerza Aérea Chilena que transportó a Lagos y el Rey desde la ciudad austral de Punta Arenas hasta la isla Rey Jorge.

En esta ocasión, acompaña al Rey un reducido séquito, integrado por el ministro de Ciencia y Tecnología, Juan Costa, el jefe de su Casa, Alberto Aza, y el jefe del Cuarto Militar, almirante Antonio González Aller, así como su médico personal, Avelino Barros, y los responsables de su seguridad. Costa manifestó que la presencia del Rey en las bases antárticas "Juan Carlos I" y "Gabriel de Castilla" supone "un claro respaldo a la comunidad científica española".

La visita "muestra el interés que siempre ha tenido Don Juan Carlos por el desarrollo científico" de España, añade el ministro. Subrayaba, asimismo, que la presencia española en estas islas antárticas es "una oportunidad para la comunidad científica de llevar a cabo unos proyectos que sólo allí son realizables".

Los trabajos que efectúa España en la Antártida tienen lugar únicamente durante los meses de diciembre, enero y febrero, que constituyen el verano austral, cuando las condiciones climatológicas son más favorables. En la base "Juan Carlos I" desarrollan su tarea 44 personas, 29 de ellas científicos, mientras que otros 31 expertos trabajan en la base "Gabriel de Castilla" y diez científicos más lo hacen en el remolcador de altura de la Armada española "Las Palmas", que proporciona apoyo logístico a todos ellos. En el "Viel", el Rey tenía previsto desplazarse primero a Livingston, para, tras visitar Decepción, reunirse a bordo del buque chileno con una representación de los españoles que trabajan estos días en las dos bases y en el remolcador de apoyo oceanográfico "Las Palmas".

El viernes, antes de partir desde Punta Arenas, el Rey aprovechó la obligada espera para, invitado por Lagos, navegar por el estrecho que en 1520 descubrió Hernando de Magallanes y avistar, desde un helicóptero, la reserva que acoge a más de 100.000 pingüinos en la isla Magdalena, así como las ruinas de Fuerte Bulnes, el primer asentamiento chileno en la Patagonia. Este contacto extra con Lagos producido por el retraso ha servido a ambos, según dijo el Rey, para poner en común "muchas vivencias, hablar mucho del futuro, de Iberoamérica, de España y de la unión que supone la Comunidad Iberoamericana".

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