L D ( EFE ) Por profesionales de Alemania, Reino Unido, Argentina y Uruguay, con el beneplácito del gobierno uruguayo y con financiación privada, intentarán el lunes próximo comenzar las tareas para reflotar el barco.
Ideado como una veloz máquina de destrucción, el Admiral Graff Spee fue uno de los tres buques alemanes que recibieron el nombre de acorazados de bolsillo porque estaban muy bien armados y pesaban una tercera parte de los acorazados tradicionales, lo que les permitía una rápida huida. El Admiral Graff Spee también es excepcional porque "representa la única oportunidad que existe en el mundo de reflotar un acorazado que participó en la Segunda Guerra Mundial", según dijo en rueda de prensa Héctor Bado, jefe de operaciones del proyecto.
El 13 de diciembre del 1939, cuatro meses después del inicio de la Segunda Guerra Mundial, el buque se enfrentó a 300 metros de la costa uruguaya, frente al actual centro turístico de Punta del Este, a tres buques aliados –dos británicos y un neocelandés– que lo buscaban para destruirlo. Sin atender los consejos de sus oficiales, que creían que lo más adecuado era adentrase en el Atlántico, el capitán del Graff Spee, Hans Langsdorff, decidió dirigirse a la bahía de Montevideo y amparándose en las leyes internacionales pedir cobijo a Uruguay, un país neutral.
Tras una serie de intrigas diplomáticas y sin haber agotado las 72 horas de auxilio a las que tenía derecho, el capitán decidió suicidarse y sacrificar el acorazado antes de enfrentarse a una supuesta flota británica, que nunca existió más allá del imaginario popular alentado por el embajador británico, Eugen Millington Drake. Langsdorff hizo explotar el acorazado, que ardió durante tres días antes de hundirse a ocho metros de profundidad en el lodo del Río de la Plata. "Unas 500.000 personas vieron hundirse el barco, no hay familia uruguaya que no tenga a alguien que lo vio", indicó Alfredo Etchegaray, promotor del proyecto.
El Graff Spee fue uno de los primeros barcos de la Armada nazi equipado con un radar –el telémetro– que le permitía medir la distancia entre el barco y el blanco y por tanto optimizar enormemente las posibilidades de torpedear el objetivo. Precisamente, la primera parte del acorazado que será izada el próximo lunes, si las condiciones atmosféricas lo permiten (las operaciones han tenido que ser suspendidas dos veces por culpa del mal tiempo), será el telémetro, que pesa 27 toneladas.
Uno de los principales problemas es que el casco está inclinado 65 grados hacia la derecha y que un 30 por ciento de él está enterrado en el lodo. Por eso, aunque está previsto que el reflote completo del barco dure unos tres años, podría prolongarse ese periodo según "las condiciones en las que se encuentre el barco, ya que pueden obligarnos a mudar la técnica a utilizar", señaló Thomas Smid, un experto alemán que colaboró con James Cameron para realizar el filme "Titanic".
Todas las piezas del navío serán restauradas y expuestas en Uruguay. "Creemos que va a ser un reclamo muy importante para el turismo", auguró Etchegaray. Uno de los aspectos que más curiosidad y expectación levanta es el de los explosivos.