L D (EFE) "(Mohamed) debe seguir los reglamentos para la presentación de pruebas y ser tratado como cualquier otro abogado", sentenció Millette, tras una discusión en privado de 25 minutos con las partes. No se dieron explicaciones sobre la decisión de Mohamed pero el juez dijo que, en todo caso, el acusado siempre tendrá acceso a sus abogados -designados y costeados por el estado- durante el juicio que durará al menos seis semanas.
Mohamed, veterano de la Guerra del Golfo, es acusado del asesinato de Dean Harold Meyers en una gasolinera de la ciudad de Manassas, también en Virginia, el 9 de octubre de 2002. Meyers, un veterano de la guerra de Vietnam de 53 años, murió de un tiro certero a la cabeza cuando repostaba poco antes de regresar a su casa en Maryland.
Según la fiscalía, el caso forma parte de una serie de asesinatos que Mohamed protagonizó, junto a su joven cómplice Lee Boyd Malvo, con el fin de obtener 10 millones de dólares extorsionando a las autoridades a cambio de cesar la ola de violencia. El asunto es el primero en llevarse a juicio bajo la ley antiterrorista que promulgó el estado de Virginia el año pasado y que permite la pena de muerte para estos casos. Bajo esa ley, Mohamed podría ser sentenciado a la pena de muerte, aunque no sea el autor material del asesinato de Meyers. Virginia es el segundo estado con más ejecuciones en EEUU, detrás de Texas. "Hay tres tipos de verdades: la verdad, toda la verdad y sólo la verdad, pero las apariencias engañan", dijo Mohamed, con voz nerviosa y dubitativa, en su primera declaración pública desde su arresto el 24 de octubre del año pasado.
La fiscalía describió a Mohamed como un francotirador habilidoso, con todo el conocimiento técnico y el equipo necesarios para realizar los ataques que, durante tres semanas de octubre de 2002, aterrorizaron a la población y provocaron una intensa búsqueda. Mohamed, de 42 años, y Malvo, que ya ha cumplido 18, han sido responsabilizados de los ataques en los que 10 personas murieron y otras tres resultaron heridas.
El fiscal James Willett colocó un rifle sobre una mesa y pidió a los 12 miembros del jurado rememorar la ola de delitos en Washington, Maryland y Virginia, que provocó el cierre de escuelas, la cancelación de actividades al aire libre y el refuerzo de la seguridad. Willett mostró una foto de Meyers, la séptima víctima de Mohamed, y describió los artículos que presuntamente utilizó para sus delitos el "Asesino del tarot", llamado así por las cartas que dejó como pistas en varias ocasiones.
Mohamed, veterano de la Guerra del Golfo, es acusado del asesinato de Dean Harold Meyers en una gasolinera de la ciudad de Manassas, también en Virginia, el 9 de octubre de 2002. Meyers, un veterano de la guerra de Vietnam de 53 años, murió de un tiro certero a la cabeza cuando repostaba poco antes de regresar a su casa en Maryland.
Según la fiscalía, el caso forma parte de una serie de asesinatos que Mohamed protagonizó, junto a su joven cómplice Lee Boyd Malvo, con el fin de obtener 10 millones de dólares extorsionando a las autoridades a cambio de cesar la ola de violencia. El asunto es el primero en llevarse a juicio bajo la ley antiterrorista que promulgó el estado de Virginia el año pasado y que permite la pena de muerte para estos casos. Bajo esa ley, Mohamed podría ser sentenciado a la pena de muerte, aunque no sea el autor material del asesinato de Meyers. Virginia es el segundo estado con más ejecuciones en EEUU, detrás de Texas. "Hay tres tipos de verdades: la verdad, toda la verdad y sólo la verdad, pero las apariencias engañan", dijo Mohamed, con voz nerviosa y dubitativa, en su primera declaración pública desde su arresto el 24 de octubre del año pasado.
La fiscalía describió a Mohamed como un francotirador habilidoso, con todo el conocimiento técnico y el equipo necesarios para realizar los ataques que, durante tres semanas de octubre de 2002, aterrorizaron a la población y provocaron una intensa búsqueda. Mohamed, de 42 años, y Malvo, que ya ha cumplido 18, han sido responsabilizados de los ataques en los que 10 personas murieron y otras tres resultaron heridas.
El fiscal James Willett colocó un rifle sobre una mesa y pidió a los 12 miembros del jurado rememorar la ola de delitos en Washington, Maryland y Virginia, que provocó el cierre de escuelas, la cancelación de actividades al aire libre y el refuerzo de la seguridad. Willett mostró una foto de Meyers, la séptima víctima de Mohamed, y describió los artículos que presuntamente utilizó para sus delitos el "Asesino del tarot", llamado así por las cartas que dejó como pistas en varias ocasiones.