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El líder de la revuelta contra Munilla deja el sacerdocio ante el nuevo giro de la iglesia vasca

El líder de la revuelta contra monseñor Munilla, el franciscano vasco José Arregui, al que acusó de "ferviente nacionalista español", ha abandonado el sacerdocio tras no aceptar el giro tomado por la Iglesia vasca. Este defensor de la teología de la liberación profirió graves acusaciones contra el prelado.

Confirmado. Tras dimes y diretes finalmente José Arregui ha dejado la orden franciscana y el sacerdocio. Este ya ex fraile vasco fue uno de los personajes más críticos con el nombramiento de monseñor José Ignacio Munilla como obispo de San Sebastián.

El fraile, y profesor en varias universidades como la de Pamplona, Deusto y Vitoria, no ha podido digerir el giro preparado por el Vaticano para la iglesia del País Vasco y ha tomado esta decisión tras mostrar públicamente sus discrepancias con la jerarquía y tras proferir importantes acusaciones contra el nuevo obispo guipuzcoano. Arregui es uno de los exponentes de la cada vez más residual teología de la liberación.

En un escrito de despedida, el ex fraile espeta que "no callaré". Ante las peticiones de silencio de su orden y la petición del antiguo obispo Uriarte, Arregui afirmó que "eso equivalía a una insumisión, y en la iglesia institucional que tenemos no hay lugar para insumisos, y yo lo sabía. Tampoco hay lugar para insumisos en la Orden franciscana que tenemos, y también esto lo sabía"."No he necesitado, pues, de grandes discernimientos: o acataba o me iba", dijo.

Los precedentes de este teólogo siempre han sido contestatarios con el Vaticano y sus decisiones. De hecho, nada más conocer el nombramiento de Munilla, el franciscano destinado durante 17 años en el Santuario de Arantzazu dijo que esta decisión "responde a una oscura estrategia largamente diseñada y fríamente aplicada" por el Vaticano para "la restauración de la Iglesia preconciliar". Además, consideraba que el objetivo último era "someter a las diócesis vascas al proyecto teológico, eclesial y político dominante en el episcopado español".

Sin embargo, también tuvo palabras para el Episcopado español. De este modo, indicó que "no es casualidad que todos los nombramientos episcopales de los últimos años en el Estado español se alineen con la derecha más agresiva". A Munilla le dedica esta perla: "no es casualidad que usted sea tan ferviente nacionalista español y tan visceral antinacionalista vasco".

Poco después de la designación del obispo de San Sebastián, exigió su dimisión y lanzó graves acusaciones. Arregui llegó a asegurar que cuando dejó Zumárraga Munilla se dejó olvidada en su ordenador una carpeta con "clarísimos elementos de conspiración o de maniobras eclesiales un poco turbias".

Y sigue afirmando "lo más grave es que en la carpeta aparecen fichas de determinados sacerdotes relevantes de la diócesis de Guipúzcoa. Y eso es lo que me huele mal. Me huele a algo policial. Con informaciones privadas y públicas, especialmente sobre su ideología política y el posicionamiento eclesiológico y pastoral de dichos sacerdotes".

Estas graves acusaciones fueron desmentidas por el obispado e incluso por el párroco de Zumárraga tras la marcha de Munilla. Incluso, ante la polémica generada la orden franciscana y el obispo Uriarte, ya emérito, le exigieron silencio. Poco después rompió este silencio y decidió su secularización.

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