El diario de Prisa va a todo trapo este viernes con la polémica suscitada con el artículo de Salvador Sostres. El director de El Mundo retiró el artículo ‘Un chico normal’ sobre el asesino de la webcam, y se disculpó aduciendo que habían "fallado los controles editoriales". Pero El País no se lo cree, y lo deja claro en las dos páginas que dedica en su edición de este viernes al escritor catalán.
Además de un artículo titulado "¿Violencia de qué?" en el que hace un repaso a la lacra de la "violencia machista" y se contextualiza lo ocurrido tras la publicación y posterior retirada de la pieza de opinión. Para el diario, lo más grave es que "El texto convierte en víctima al presunto homicida- e ignora a quien pierde la vida-". Cuentan cómo los trabajadores de El Mundo dirigieron una carta a Pedro J. para exigirle la salida de Sostres, en la que le preguntaban: "¿Qué pasaría si se publicara en el periódico un artículo que dijera que se entiende un asesinato de ETA?".
El diario saca a colación las cifras de la violencia de género, encuadrando el artículo de Sostres dentro de "una corriente organizada contra el avance en igualdad".
Pero la píldora más golosa se la reserva Jose María Izquierdo en el artículo que dedica a ese asunto. Titulado "No fallaron los controles, no" embiste contra los argumentos de Pedro J. para excusar la publicación del artículo de Sostres. Izquierdo dice, sobre el "fallo de controles" expuesto por el director de El Mundo que "Me va a permitir Ramírez que discrepe". Asegura el columnista que Pedro J. estaba perfectamente informado del contenido del artículo, ya que: "Los artículos de Sostres son siempre, un día tras otro, del mismo cariz que el publicado ayer. En unos, es verdad, se despelleja y en otros se desuella. Sostres es un provocador, faltón y virulento. Y lo es en cualquier circunstancia. Y desde hace muchos, muchos años, como se puede comprobar si usted teclea 'Sostres' en Google".
Tras la invitación a la búsqueda, Izquierdo mantiene que Pedro J. contrató al catalán precisamente por eso: "por su profesionalidad en el ejercicio de lo soez, por su desvergüenza desafiante, por lo que el director de ese medio le dio acomodo destacado en sus páginas. Y no solo le alquiló una columna, sino que, además, con todo el desparpajo que resulta de la suma del desparpajo de cada uno de ellos, le permitió, durante semanas y meses, que opinara sobre lo divino y lo humano. Confiar a Salvador Sostres, cuya fama le precede, una columna política para hablar de ETA o de Rubalcaba solo puede ser para que escriba sobre ETA y Rubalcaba lo que el director quiere leer, y con agrado, en su periódico".
Además, saca a relucir las quejas de otra columnista de El Mundo, Lucía Méndez, en la que se quejaba –veladamente- sobre otra columna de Sostres en la que hablaba sobre las mujeres. La conclusión está clara: "Salvador Sostres ha escrito muchas, muchísimas columnas en El Mundo porque su director, Pedro J. Ramírez, ha considerado oportuno publicarlas. Lo mismo que Isabel San Sebastián lleva a Salvador Sostres a las tertulias de Telemadrid, que pagamos usted y yo, para que Sostres diga las cosas que dice Sostres"