Menú

El traje de la novia: más de cuatro metros de cola inspirado en la "línea princesa"

El traje de novia, de color blanco roto, está inspirado en la "línea princesa", con corte continuado desde los hombros al suelo, escote en escote en pico con cuello "corola" y cola de 4,5 metros bordada con motivos heráldicos. Leticia Ortiz lleva un manto nupcial de tul de seda natural de tres metros de largo y con bordados que mezclan la flor de lis y la espiga, unos pendientes de platino con diez diamantes, regalo de los Reyes, y la diadema de estilo imperio de platino y brillantes que Doña Sofía lució el día de su boda.

El traje de novia, de color blanco roto, está inspirado en la "línea princesa", con corte continuado desde los hombros al suelo, escote en escote en pico con cuello "corola" y cola de 4,5 metros bordada con motivos heráldicos. Leticia Ortiz lleva un manto nupcial de tul de seda natural de tres metros de largo y con bordados que mezclan la flor de lis y la espiga, unos pendientes de platino con diez diamantes, regalo de los Reyes, y la diadema de estilo imperio de platino y brillantes que Doña Sofía lució el día de su boda.
L D (EFE) El traje de Letizia Ortiz tiene corte continuado desde los hombros al suelo, con la parte superior ceñida al cuerpo que se desliza suavemente a partir del talle. El vestido se remata con una cola de 4,5 metros que sale desde la cadera. El escote del traje, diseñado por Manuel Pertegaz, es en pico, con cuello "corola" bordado en hilo de plata y oro, que también adorna la espalda y las manoplas de las mangas por ambas caras y el delantero en forma piramidal, así como el bajo de la falda.

La pirámide se repite en el centro de la cola, mucho más alta y ancha, con un bellísimo bordado alegórico de motivos heráldicos: la flor de lis floral, la flor de lis heráldica, las espigas de trigo, los tréboles y los madroños. El traje está realizado en faya de seda natural tramada con hilos de plata fina y su aparente sencillez conlleva una difícil tarea del patrón, como si fuera un puzzle en que cada pieza y costura encajan teniendo en cuenta la longitud de la cola, su anchura y el peso del conjunto, según destacó el diseñador, Manuel Pertegaz.

El manto nupcial, regalo personal del Príncipe a Letizia, es de forma triangular, de tres metros de largo por dos de ancho. Es de tul de seda natural en color blanco roto en el que se han bordado a la aguja, siguiendo técnicas históricas del siglo XIX, roleos y guirnaldas que mezclan la flor de lis y la espiga.

El ramo que lleva la novia del Príncipe de Asturias tiene forma de cascada y esta compuesto por lirios, como emblema de los Borbones; rosas, como la flor de mayo, y azahar, en homenaje a la Condesa de Barcelona y a Doña María de las Mercedes, primera esposa de Alfonso XII. Además el ramo incluye flor de manzano, homenaje al Principado de Asturias y que es también el atributo de Nuestra Señora de Atocha y, por último, espigas de trigo, símbolo de fecundidad, esperanza y alegría, que son también atributo de Nuestra Señora de la Almudena, San Isidro Labrador, Patrón de Madrid, y la castiza Diosa Cibeles.

 Letizia lleva unos pendientes, regalo de los Reyes, en platino con diez diamantes, y una diadema de estilo imperio de platino y brillantes de Doña Sofía y que es la misma que la Reina lució el día de su boda y ha llevado en varias celebraciones familiares y ceremonias oficiales. Esta diadema ha estado vinculada desde su origen a matrimonios de trascendencia dinástica. EL Káiser Guillermo II se la regaló a su hija, la princesa Victoria Luisa de Prusia, al casarse con el heredero de Hannover, Ernesto Augusto. Su hija, la reina Federica, la recibió de su madre al contraer matrimonio con el entonces príncipe Pablo de Grecia, quienes la entregaron a su hija, la princesa Sofía, cuando se casó en Atenas con Don Juan Carlos en 1962, cuando era Príncipe de Asturias.

Además, la novia lleva un pañuelo realizado en organza de algodón, con bordados a mano de la flor de lis, así como lirios y espigas que rodean las armas del Príncipe de Asturias. Por último, el abanico, que remata el conjunto, procede del siglo XIX, está montado a la inglesa con varillajes y padrones de madreperla y encaje inspirado en los venecianos del siglo XVII. El abanico perteneció a la infanta Isabel, "La Chata", y ha sido elegido personalmente por Letizia como especial homenaje a Madrid y sus ciudadanos más ilustres, la Familia Real Española.

Temas

En Sociedad

    0
    comentarios