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El Vaticano investiga al número dos de Setién y deja en evidencia a Uriarte

El Vaticano investiga a José Antonio Pagola, vicario general con Setién durante 21 años, y duda de la catolicidad de su última obra.

El Vaticano investiga a José Antonio Pagola, vicario general con Setién durante 21 años, y duda de la catolicidad de su última obra.

Andan revueltas las aguas en una parte del clero vasco, concretamente las del lado más nacionalista y progresista. El Vaticano se ha puesto muy firme con lo que ocurre por aquellos lares y no parece que su postura flojee a partir de ahora. Tras el cambio de rumbo en la Iglesia de esta región ahora la Santa Sede parece empeñarse en recuperar la ortodoxia perdida durante estos años y que ha acelerado el proceso de secularización de antaño una zona que exportó por todo el mundo a miles de misioneros.

La Congregación para la Doctrina de la Fe de la Santa Sede ha decidido abrir una causa contra el sacerdote y teólogo vasco, José Antonio Pagola, por la polémica generada por su obra, Jesús, Aproximación histórica. Este proceso de investigación es bastante complejo puesto que involucra a varios actores enfrentados entre ellos por sus opiniones. Por un lado, se situan el autor y el ya obispo emérito de San Sebastián, Juan María Uriarte, con la Conferencia Episcopal Española.

José Antonio Pagola es un peso pesado del clero vasco. Fue durante 21 años el brazo derecho del controvertido obispo José María Setién. Este sacerdote fue su vicario general durante la estancia de este prelado en San Sebastián, hasta que Juan Pablo II le hizo renunciar a su puesto por sus posturas políticas radicales. Además, fue rector del Seminario de la Diócesis.

Tal y como ha reconocido el propio Pagola en una entrevista en La Nueva España, su libro sobre la figura de Jesucristo está "en manos de la Congregación para la Doctrina de la Fe, pendiente de una última palabra de Roma". Además, indica que "asumo todo esto como algo esperado, la reacción de algunos sectores de la Iglesia...Pero no me siento ni mártir ni profeta". Y es que desde el Vaticano dudan, y por eso han abierto esta causa, de la catolicidad de su libro.

Desde su publicación en 2007, la obra ha levantado una fuerte polémica al presentar a un Jesús muy lejano a la moral católica. Obispos españoles y distintos teólogos alertaron del contenido de la obra del que fuera vicario de Setién al poder confundir a los lectores. Como consecuencia de ello, la Comisión de la Doctrina de la Fe de la Conferencia Episcopal Española publicó una nota de clarificación que censuraba el contenido de esta obra y en la cuestionaba aspectos doctrinales y metodológicos.

El propio Pagola se comprometió a modificar algunos aspectos y la obra se volvió a reeditar. Para evitar que la obra pudiera ser de nuevo echada atrás por la CEE, el entonces obispo de San Sebastián, Juan María Uriarte, avaló personalmente el libro del teólogo vasco mediante los mecanismos correspondientes para ello. Le concedió su nihil obstat y el imprimatur ("nada que objetar" y "no existe impedimento para que sea impreso").

Uriarte quería hacer frente así al sector episcopal crítico con el sacerdote de su Diócesis y también intentó en Roma salirse con la suya. Pero el prelado ha quedado en evidencia después de que la obra haya sido retirada de las librerías pese a tener su permiso y apoyo.

Ahora la última palabra la tiene Roma, que decida lo que decida ya ha dejado en muy mal lugar al prelado natural de Vizcaya, puesto que investiga una obra que tiene su nihil obstat y puesto que ni por asomo consiguió colocar en San Sebastián a ninguno de sus candidatos, teniendo que recibir, muy a su pesar, la llegada de Munilla.

Los sectores más progresistas de la Iglesia, especialmente en el País Vasco, califican de persecución la investigación de la obra de Pagola, y lo relacionan con su cercanía a Setién, del que su más fiel colaborador.

En la misma entrevista en la que habló de la causa abierta contra él, Pagola también tiene bonitas palabras para Setién, a la que le fue aceptada a los 72 años, cuando lo normal es que se produzca a los 75. De hecho, Roma se opuso a que el propio Pagola fuera nombrado su obispo auxiliar.

De este modo, Pagola afirma que "fueron tiempos de dificultades, pero los mejores años de mi vida los he gastado junto a Setién, trabajando por la renovación conciliar, tratando de acoger el espíritu del Concilio Vaticano II y de ir reconvirtiendo nuestras comunidades cristianas".

Sin embargo, tras ser preguntado sobre su distancia con las víctimas del terroriso, el teólogo dice que "la figura de Setién es hoy todavía desconocida. He estado 22 años cerca de él y creo que su pensamiento ético es el de un hombre que no deja de ser intelectual y honesto".

En su opinión, "la figura de Setién, estoy seguro, irá creciendo, y se necesitará distancia para conocer la envergadura de su pensamiento por encima de episodios, polémicas, manipulaciones o mutilaciones de su pensamiento y de sus textos".

Incluso, llega a asegurar que "lo que había era lealtad a los principios éticos; otra cosa es que el mensaje de Setién era acogido por unos y rechazado por otros". Ninguna palabra sobre las víctimas del terrorismo, tal y como era costumbre durante los años al mando del obispado.

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