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Hallan el mayor tesoro anglosajón de la Historia en un campo de Inglaterra

El mayor tesoro anglosajón jamás visto, con más de 1.500 piezas de oro y plata del siglo VII, ha sido descubierto de forma fortuita en un campo de Inglaterra. El tesoro, que ha dejado "impresionados" a los especialistas, ya se está exhibiendo hasta mediados de octubre en el Museo de Birmingham.

loboe dijo el día 25 de Septiembre de 2009 a las 12:30:

Por cierto, hablando de historia, las cosas no son siempre lo que parecen o lo que pone en las piedras -véase el ejemplo del faraón de Mika Waltari-. Como esta mañana tengo tiempo y viene al caso, ahí va una historia del abuelo:

Hace muuuchos años, andaba yo por Osuna -un pueblo de Sevilla- que tiene una basílica, colegiata -o algo así-, cosa que por lo que supe, significa una grandísima distinción para un pueblo, y que fue una concesión de un Papa al Duque correspondiente.

Había allí un viejo párroco aficionado a la historia, que había pasado media vida hurgando en los legajos de aquel templo y que tuvo la amabilidad de ofrecerme una visita guiada. Entre las muchas cosas que me enseñó, me hizo fijar en una lápida del interior del templo en el que borrosamente se leía una inscripción que tuvo a bien traducirme.

Venía a decir algo como: aquí yacen los canónigos tal y cual, a los que el cabildo concedió que esperaran juntos la Gloriosa Resurrección, en atención a la grandísima amistad y compañerismo que habían manifestado en vida.

A continuación me añadió divertido que por lo que él había podido averiguar no habían sido amigos sino más bien enemigos acérrimos, y que lo que ocurrió en realidad, es que habían fallecido con muy pocos días de diferencia y al fallecer el segundo, el cabildo que andaba corto de fondos, decidió enterrarlos juntos par ahorrarse el costo de la segunda sepultura.

Por su propia tranquilidad, espero que los mencionados clérigos habrán conseguido acabar al fin con sus desavenencias.

ochs dijo el día 24 de Septiembre de 2009 a las 19:39:

Es que el mundo anglosajón a lo que se refiere es a un periodo con principio y fin, similar a lo que para nosotros es el mundo visigodo, no se refiere a todo lo anglosajón actual. En 1066 Francia invadió la Inglaterra anglosajona y comenzó, digamos, el perido actual, como aqui empezó otra era con la reconquista a los moros. El periodo anglosajón va del siglo V después de Cristo, (caida de Roma y del periodo de conviven cia de romanos con autóctonos celtas (llamados britanos) hasta el citado 1066.

Romanos invaden a celtas y conviven. LLaman britanos a los celtas.
Anglosajones (procedentes de Alemania y Escandinavia) invaden a los celtas que se hann quedado solos. Traen el inglés.

1066. Normandos franceses invaden a anglosajones y conviven y se mezclan. El inglés sobrevive en las clases bajas, el francés se habla en las altas.

Renacimiento. El pueblo ya es "inglés", olvidadas las invasiones. Renace el inglés y se abandona el francés.

Nadie más pudo invadir, ni Napoleón ni Hitler. Tan tranquilos están que hasta tienen eurotúnel.

loboe dijo el día 24 de Septiembre de 2009 a las 18:23:

Ya que hablamos de armas, me gustaría partir una lanza en favor de los historiadores. Gente de ciencia donde las haya que no hablan más que otras profesiones o especialidades científicas, sino tal vez menos.

En mi opinión, los que hablan no suelen ser verdaderos historiadores, sino advenedizos y políticos, especialmente estos últimos -que viven de la lengua más que los lingüistas, las ranas, los camaleones o las serpientes-, que la prostituyen y maltratan en su intento de reescribirla a medida de su conveniencia.

Aparte de los abundantes ejemplos que hemos tenido ocasión de sufrir en la España de la -falsa- transición, en realidad la cuestión es tan vieja como el mundo. Incluso Mika Waltari, en su inolvidable "Sinuhé el Egipcio" nos cuenta la historia del Faraón que sobreescribió con su propio nombre los antiguos jeroglíficos.

jlh dijo el día 24 de Septiembre de 2009 a las 14:03:

5 kilos de oro, y 2,5 kilos de plata aportan suficiente información como para "alterar radicalmente nuestra percepción del mundo anglosajón". Lo cual demuestra que el conocimiento que se tiene de la antigüedad es mínimo, y que los historiadores, con mucha frecuencia, hablan por hablar.