(Libertad Digital) "No se puede dar crédito en estos momentos a nada, las informaciones son muy confusas". Así de tajante se ha mostrado Guillermo Martín, piloto con once años de experiencia que trabajó durante un año con el mismo modelo MD-82 que se estrelló en Barajas durante sus prácticas de vuelo con Spanair.
Guillermo Martín, que ha atendido a los servicios informativos de Libertad Digital TV, ha explicado que "es muy aventurado relacionar el aviso de fallo" que detectó el piloto del avión siniestrado durante la primera maniobra de despegue "con el accidente". Según ha señalado Martín, "si hubiera tenido relación, probablemente no se hubiera volado".
Para este experimentado piloto, "lo que ha pasado es algo muy confuso" ya que, es extraño, dice, que el avión se desviara a la izquierda cuando el motor que falló fue el izquierdo. "Al llevar un motor en cada lado, si uno de ellos se para ofrece resistencia, mientras el que otro motor -el derecho- mantiene el empuje". En su opinión, "lo normal" en estas circunstancias es que el avión "se hubiera ladeado hacia la izquierda y no hacia la derecha", como parece que ocurrió.
La seguridad absoluta "no existe"
"Como cualquier obra humana, la seguridad absoluta no existe". Esta es la explicación que ha dado el subdirector de relaciones exteriores de la Escuela de Ingenieros Aeronáuticos, José Luis Agrelo, en declaraciones a Europa Press.
Agrelo ha señalado que "las cosas funcionan siempre tan bien que los accidentes son muy raros". Según ha dicho "los niveles de seguridad son altísimos" ya que "en el diseño de los aviones la seguridad es fundamental desde el primer momento". Por otro lado ha explicado el funcionamiento de las cajas negras que ya están en poder de la Comisión de Accidentes, encargada de desentrañar qué fue lo que sucedió en el avión.
Una de las cajas graba, según Agrelo, "información de las conversaciones de los miembros de la cabina y de los sistemas de control de exterior" y la segunda, "graba más de un centenar de parámetros de la situación del avión, como es el funcionamiento de los motores, temperaturas, presiones o situaciones atmosféricas".
En este sentido, ha dicho que se tardará "bastantes meses" en conocer los resultados de las investigaciones, ya que "los protocolos son muy complicados", y en este caso al tratarse de un avión de fabricación americana, "la institución de análisis de accidentes americana también participa en la investigación", cuestión que retrasará todavía más la resolución del caso.