Una de cal y otra de arena. Mientras el Gobierno prepara una reforma laboral –con sindicatos o sin ellos- por decreto, las comunidades del PSOE suben impuestos a los ricos. Y no a todos los periódicos les parece lo mismo.
El Mundo no está de acuerdo con la tasa a los ricos. Titula: "Las regiones del PER suben el IRPF y gravan a la banca". Arremete contra las comunidades que reciben "mayores subsidios" y Pedro J. dice que subir impuestos a las renta más altas es "una injusticia" porque "se ceba con las nóminas de los profesionales que son transparentes". "No nos parece que aumentar la presión fiscal sea la estrategia más adecuada", dice y menos en economías "precarizadas e intervenidas" como las de Andalucía y Extremadura. Eso sí, la "demagogia de subir los impuestos a los ricos da votos". Que tome nota Zapatero.
ABC advierte a Zapatero que sus barones se han adelantado "en su cruzada contra los ricos", una medida "de cara a la galería" que tienen un "mínimo impacto recaudatorio que incentivará el fraude fiscal y castigará a las rentas del trabajo". Vamos, que tampoco está de acuerdo. Ni La Razón, que cree que esta subida "no aliviará las urgencias financieras ni lavará la imagen del PSOE ante su electorado". "Hay una intención de trasladar a ese electorado militante, agotado y desencantado", dice, e insiste en que el PSOE quiere levantar todavía la bandera de la justicia impositiva para que los ricos no se vayan de rositas". ¿Y qué esperaban?
En Público, sin embargo, están encantados con el impuesto y hacen un ejercicio de propaganda zapateril . "Zapatero –atacado simultáneamente a diestra y siniestra, dicen- reivindica su vía social frente a la crisis", titulan. Y otra: "El PSOE hace un gesto a su base y defiende la tasa a la banca". Se refieren a una moción que propuso Pajín ayer en el Senado. "El PSOE pulsó su tecla de izquierdas tras unas semanas amargas" y "los socialistas sacaron pecho de su ADN", se consuelan.
Renace el caso Bono. Y no, no crean, que no es en La Gaceta. Es en El País, donde Gregorio Peces Barba hace la defensa más agresiva del presidente del Congreso y de paso se desagravia a sí mismo. Acusa a la derecha de practicar la "dialéctica del odio y del enemigo sustancial" que "debe ser siempre exterminado". "Un cierto sector de la derecha ha practicado asiduamente estas conductas", afirma.
Insiste en que el PP "aún no se ha desembarazado de prácticas franquistas". Peces Barba dice que él también ha sido víctima de las "embestidas masivas de dirigentes del Partido Popular" y que Bono lo es de un "ataque sin precedentes por su dureza y por su malicia". "Es evidente que esa conspiración se puede atribuir sin duda alguna a María Dolores de Cospedal", concluye.
En Público también llaman franquista al principal partido de la oposición. Es Manuel Saco, que en su columna arremete contra el PP, al que llama "nostálgico del franquismo", "demócrata de día, facha de noche" y "sinvergüenzas". Y luego piden moderación y responsabilidad a la oposición.
Y es que Franco está hoy muy presente en la prensa de izquierdas. ¿Estaremos en campaña? Casi me da un infarto cuando llego a las páginas de Cultura del periódico del amigo Roures. "Franco no se ha muerto", leo aterrada. "El dictador, aquel hombre que aterrorizó España durante 40 años sigue vivo… controlando los hilos de la democracia española". ¿Qué, dónde, cómo? Respiro tranquila cuando me entero de que se trata de la opinión de un artista, Fernando Sanchez Castillo, que por cierto vive exiliado en Francia, que se queja de las dificultades que ha tenido a la hora de fotografiar esculturas del dictador para una exposición. Qué susto, ya iba a llamar a Garzón para que tirara a la basura el acta de defunción.
Ignacio Escolar le pone las pilas a Zapatero por ir a ver al Papa. "Este presidente que come curas por las mañanas y monjitas por las tardes vuela hoy 1.343 kilómetros para reunirse con el Papa". Hijo, no es para tanto, que va en Falcon. En una muy crítica columna, este hombre de poca fe no se cree que el presidente vaya a comunicar a Benedicto XVI la ruptura total con la Iglesia y menos cuando "el Gobierno aconfesional" ha dado a la visita del Papa a Madrid "acontecimiento de excepcional interés público" y se pagará con cargo a los Presupuestos. Vamos como tantas otras cosas prescindibles.