Los agentes del grupo VII que implicaron a los mandos de la Unidad contra la Droga y el Crimen Organizado (Udyco) denuncian presiones de sus compañeros. Decíamos el pasado 28 de octubre que "el ministerio del Interior, a través de los policías de asuntos internos dirigidos por Carlos Germán -implicado en el caso Faisán-, y enviados desde Madrid para investigar el robo de las drogas, ha cometido un monumental error al facilitar la imputación de los tres mandos policiales, el jefe de sección de la Udyco y los dos inspectores jefes de grupo". Un error que, según contábamos, "ha desmerecido el prestigio de la policía judicial en Andalucía y ha perjudicado la imagen de los policías afectados". Además, otro inspector de grupo de la Udyco falleció hace poco a causa de un ictus cerebral provocado al menos en parte, según las fuentes que citábamos, por la tensión que se vivía en la brigada judicial. Dicho error se ha convertido en bronca abierta y división pública.
Tras la imputación de tres mandos de la Udyco, el malestar creció rápidamente en el Cuerpo de Policía de Sevilla por considerarse que son absolutamente honestos, que han colaborado desde el primer momento con los profesionales de asuntos internos llegados desde Madrid hace más de un año y que fueron ellos mismos los que dieron el nombre de Lars Sepúlveda Madsen como presunto autor del robo de las drogas, ayudado de sus cómplices, de los que asimismo comunicaron el nombre. Precisamente fue el jefe de la Udyco ahora imputado, Francisco Tarifa, el mando que quiso que el subordinado Lars Sepúlveda dejara la Unidad por no fiarse de su comportamiento. Poco después, Sepúlveda pidió la excedencia.
Mientras, este jueves miembros del Grupo VII contra el pequeño tráfico de droga de Sevilla, que fueron los que con sus investigaciones precipitaron la imputación de los tres mandos y en cuyo seno se han producido varias detenciones en los últimos días, realizaron graves denuncias contra la Udyco a los que acusaron de acoso contra ellos y de achacarles ilegalidades por ser más eficaces en la lucha contra el narcotráfico. Según estos dijeron a ABC, ellos descubren más alijos de droga, como el de 11.000 kilos de hachís que se incautaron el pasado mes de enero, éxito que sentó mal a la Udyco.
Además estos agentes a los que Asuntos Internos de Madrid requirió para investigar el robo de la droga en la Jefatura de Policía en Sevilla insisten en que desde que comenzaron esa investigación han comenzado a tener problemas y ser víctimas de “acusaciones falsas”: “Estamos cansados de que cada vez que se coge a un traficante se diga que el policía se queda con la droga”. En su defensa, los agentes aseguraron que las imputaciones contra los agentes del grupo VII (tráfico de drogas y otros) son “faltas de rigor” y suponen una “animadversión y malicia contra el grupo” al que pertenece. Y también explicaron que se encuentran “solos y desprotegidos” y que tras las últimas imputaciones está todo el grupo “bajo sospecha”.
El supuesto robo de los 1.500 kilos de hachís ha sido la gota que ha colmado el vaso. Los policías afirman que contra ellos hay "pruebas falsas" y que la investigación por el supuesto robo de hachís "es de una falta de rigor impresionante" y han podido desmontar las acusaciones con documentación que este jueves mostraron a la prensa.
Según El Correo de Andalucía, Asuntos Internos acudió a los agentes de ese Grupo VII para investigar el robo de los 150 kilos de cocaína, en el que la Udyco fue sospechosa desde el principio, y a raíz de ahí sus compañeros los acusaron de "chivatos": "Asuntos Internos nos pedía el dato que necesitaba y nosotros lo conseguíamos y se lo dábamos".
En fin, dos interpretaciones sobre lo ocurrido con los robos de droga en Sevilla, enfrentamiento interno y una dirección de la Policía a nivel andaluz que calla.