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Fillon llama a Zapatero para "disipar todo malentendido" pero no rectifica sus declaraciones

El primer ministro francés, François Fillon, ha conversado este miércoles por teléfono con Zapatero para "disipar todo malentendido", según informó su servicio de prensa en un comunicado. Pero lejos de desmentir las declaraciones que realizó al canal TF-1 –rectificación que el propio Zapatero anunció que se produciría– se ha limitado a comunicarle al presidente del Gobierno que "Francia entendía que la regularización masiva de inmigrantes clandestinos" en aquella época era "la única solución para poner fin a una situación compleja y delicada".

El primer ministro francés, François Fillon, ha conversado este miércoles por teléfono con Zapatero para "disipar todo malentendido", según informó su servicio de prensa en un comunicado. Pero lejos de desmentir las declaraciones que realizó al canal TF-1 –rectificación que el propio Zapatero anunció que se produciría– se ha limitado a comunicarle al presidente del Gobierno que "Francia entendía que la regularización masiva de inmigrantes clandestinos" en aquella época era "la única solución para poner fin a una situación compleja y delicada".
L D (EFE) Fillon "aseguró" a su homólogo español que "Francia entendía que la regularización masiva de inmigrantes clandestinos" que había llevado a cabo tras su acceso al cargo era en aquella época "la única solución para poner fin a una situación compleja y delicada", precisa la nota oficial.
 
Los dos jefes de Gobierno han convenido que la política de inmigración debe "seguir siendo objeto de una estrecha cooperación" entre los dos países, concluye el comunicado.
 
El pasado domingo, en una entrevista televisada, Fillon había indicado que Zapatero lamenta "amargamente" haber regularizado a cientos de miles de inmigrantes indocumentados y "se ha comprometido a no hacerlo de nuevo". El primer ministro francés había hecho ese comentario al defender la política francesa de reconducción a sus países de los sin papeles.
 
Este martes, Zapatero afirmó en España que no se arrepentía de haber llevado a cabo el proceso de regularización en 2005, un proceso que fue "necesario, conveniente y positivo", y subrayó que "nadie puede trabajar en la ilegalidad". Asimismo, anunció una nota aclaratoria del Gobierno galo.

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