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La prensa de un vistazo

Gabriel Albiac, derrotado y 'La Gaceta' a la gresca con 'La Razón'

El batacazo de la Bolsa ocupa todas las portadas, menos en La Gaceta, que da más importancia al asunto del pan con tomate. Y en la recta final de la campaña catalana, Mas y Montilla sufren un coitus interruptus.

La economía, por mala, vuelve a ser protagonista de los periódicos. El País constata que el PSOE echa la culpa al PP y el PP al Gobierno y se han enzarzado en una discusión semántica sobre el "ser patriota". El diario de Prisa se inclina más porque la culpa es del PP. Javier Pradera lo deja claro. Si España está en riesgo es porque el PP difunde "la catastrófica especie de la 'ruina' económica producida por la incompetencia 'concienzuda, voluntariosa y perseverante' del infiable Gobierno de Zapatero". Acusa al PP de sentir "euforia" ante el paro y de reforzar "irresponsablemente los ataques contra la deuda". Y todo ello porque "Rajoy ha preferido seguir el cazurro ejemplo de Aznar".

De las elecciones catalanas destaca un posado de Alicia Sánchez Camacho con taconazos y posturita de modelo.

ABC, al contrario que El País, cree que la culpa de todo la tiene Zapatero por "la falta de credibilidad de un Gobierno incapaz" y que "los mercados no perdonaron ayer (...) la insolvencia del equipo de Zapatero". Ignacio Camacho, en el colmo del pesimismo, define la situación como "un escenario de hecatombe" y Gabriel Albiac, indignado, se declara "derrotado", pero se niega "a dejar de combatir, a llamar necios a los necios, ladrones a los ladrones...". Su receta: "Borrar la pesadilla autonómica".

El Mundo también viene alarmista. "La credibilidad de las finanzas públicas no había estado nunca tan cuestionada". Pedro J. cree que "España se ha quedado a la intemperie" y se apunta a la tesis del "ataque que los inversores dirigen en los últimos días a nuestro país".

Público sigue empeñado en la "crisis profunda del capitalismo" (Marco Schwartz) y presenta el "acoso a la deuda española" como un montón de flechitas rojas acosando al titular.

También habla del no debate de ayer. "La Junta Electoral niega a Montilla su último cartucho". Pere Rusiñol lo cuenta muy bien. "Ese debate llamado a pasar a la historia era en realidad un coitus interruptus, lo que casa muy bien con una campaña de tan alto voltaje sexual".

En La Razón, Carlos Alsina cuenta que Montilla le cae bien y por qué. "Montilla me resulta simpático en su empeño por reinventarse constantemente su perfil político, ora administrador laborioso, ora líder mesiánico, hoy catalanista de perfil bajo, ayer profeta del desafecto (...) Me cae bien Montilla porque no disimula su falta de aptitudes para el verbo brioso y el carisma prefabricado". Estará encantado Montilla con tantos halagos. Le hacían falta.

La Gaceta pone el dedo en la llaga del problema. "España se hunde económicamente las Coreas al borde la guerra, pero... Montilla obliga por decreto a los hoteles a poner pan con tomate en los desayunos". ¿Será posible?

Y le atiza un tortazo a La Razón a cuenta del Papa. "El diario La Razón insiste en autoproclamarse portavoz del Vaticano sin hacer mérito alguno". Se queja de la información de ayer en el periódico de Planeta sobre el libro del Papa. "Lo que aportó La Razón fue lo mismo que lo que aportaba cualquier otro medio, dado que todos tuvieron el mismo acceso a la publicación" y le acusa de "presumir" de incluir los domingos la edición en español del L'Osservatore Romano. Tranquilos, chicos, no hay que pelearse por el Papa que menudo disgusto le váis a dar.

Menos mal que Carmen Rigalt nos distrae contándonos en El Mundo sus comienzos en el periodismo. "Más que una redacción parecía un puticlub". No especifica cuál era aquella redacción, pero da pistas. "Todo el mundo hablaba de sexo y los chicos se retaban mutuamente en sus hazañas. Parecía que de un momento a otro iban a bajarse los pantalones para ver quién la tenía más larga". Era el periódico del colegio, seguro.

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