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Gallardón abre el lujosísimo 'Ambiciones' sin la menor medida de seguridad

El gran proyecto de Gallardón está al fin abierto, pero tras años de obras y centenares de millones gastados el capricho municipal parece poco seguro.

Miles de madrileños están visitando en estos primeros días tras su apertura el nuevo Centro Centro, que es la peculiar denominación que el Ayuntamiento ha dado a los equipamientos culturales que ocupan buena parte del espacio del que fuera Palacio de Telecomunicaciones.

Y es que por fin ha terminado la gran obra que ha costado más de 500 millones a los madrileños, el que sin duda ha sido el proyecto más polémico de Gallardón y que ahora quiere ser un referente cultural de la ciudad pese a la "competencia" prácticamente insalvable que afronta: museos como el Prado, el Thyssen, el Reina Sofía o a Real Academia de San Fernando parecen dejar poco espacio para un lugar que no tiene ninguna colección artística que mostrar.

El resultado de las obras y el despilfarro es espectacular, el edificio no sólo ha recuperado el esplendor de sus mejores tiempos sino que probablemente jamás ha lucido con similar esplendor, pero lo más llamativo es la ausencia más que llamativa de medidas de seguridad.

Sin controles, sin policías

Así, la entrada al edificio es completamente franca: nada interrumpe el paso, no hay control de ningún tipo e incluso, dado que se ha sustituido la vieja escalera por una tendida rampa, un coche que subiera a la acera podría empotrarse en el hall del edificio.

Ninguna mochila o maleta es revisada o analizada, no encontramos los habituales escáneres para bultos que se ven en la inmensa mayoría de edificios oficiales y, en suma, cualquiera puede introducir en el edificio lo que sea dentro de una bolsa o una mochila.

En el interior hay una importante cantidad de guardias jurados apostados en distintos lugares, pero a pesar de ello parece sencillo abandonar cualquier bulto en muchos lugares del Palacio. De hecho, los visitantes pueden dejar con toda comodidad mochilas bolsos o maletas con total comodidad en la amplia y gratuita consigna de la planta 2, que es la más amplia de la zona visitable del edificio.

Cuartos de baño en diferentes áreas, escaleras laterales poco vigiladas, miradores con un único vigilante que no puede ver todo el espacio en el que se encuentra... Las oportunidades para "olvidar" una bolsa con cualquier cosa en su interior son múltiples.

Un enorme contenedor... con poco en su interior

Según la información ofrecida por el Ayuntamiento el Centro Centro ocupará el 80% del espacio total en el Palacio de Cibeles (lo que llama poderosamente la atención si se tiene en cuenta que "la falta de espacio" fue una de las razones aducidas para afrontar el cambio de sede para el Consistorio.

Además, a priori resulta complicado imaginar como se va a dotar de contenido cultural relevante en el área más rica culturalmente de España y quizá de Europa. Por lo pronto, el primer intento no parece muy afortunado: se han puesto en marcha dos exposiciones que no parecen capaces de atraer, más allá de la novedad del edificio, a muchos visitantes.

La primera resulta hasta cierto punto lógica dadas las circunstancias: un recorrido por la historia del edificio y su proceso de restauración, lo segundo con algunas buenas fotografías colgadas en varios puntos del edificio.

La segunda, algo más incomprensible, reúne una serie de fotografías de gran formato de cuadros de los museos que rodean al Centro Centro, además de una videoinstalación en la que se ve el trasiego de visitantes que contemplan alguno de esos cuadros.

A pesar de que centenares de madrileños y turistas estaban hoy visitando el edificio muy pocos se molestaban en recorrer esta segunda exposición (ubicada en los sótanos).

¿Una metáfora de lo que espera al gran proyecto cultural de Gallardón?

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