L D (EFE) El barco, cargado con 150 toneladas de fuel y 50 de gasóleo, se fue a pique "por un error humano", según reconoció la naviera Iscomar, y sus tripulantes comenzaron este jueves a prestar declaración ante la Guardia Civil, requerida por la Fiscalía de Medio Ambiente, que ha abierto diligencias previas sobre el accidente.
La ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, el presidente de Baleares, Francesc Antich, y el delegado del Gobierno, Ramon Socías, se desplazaron ayer, jueves, a la isla para coordinar los trabajos de retención de la mancha de combustible, del que hasta el momento se han recuperado unas diez toneladas.
El fuel empezó a llegar el miércoles por la noche a la costa de Ibiza, donde este jueves se ha cerrado al baño tres playas, las de Talamanca, Ses Figueretes, y D' En Bossa, ésta última en previsión de que el combustible llegue a lo largo de esta noche. En conferencia de prensa, la ministra Álvarez informó de que los especialistas han sellado los tres respiraderos por los que fluía fuel pero han detectado una tubería rota, que intentarán taponar este viernes.
Álvarez, que precisó que las consecuencias de este accidente no se puede comparar con las del petrolero "Prestige" en noviembre de 2002 y que la Administración está poniendo todos los medios a su alcance, informó de que el fuel derramado ocupa un perímetro de unas 3,5 millas de largo por 0,5 millas de ancho, del cual el 40 por ciento tiene contaminación.
Está previsto, además, que este viernes lleguen a cincuenta los operarios que recogen el contaminante desde la playa, frente a la veintena que trabajan ahora. La ministra aseguró que el vertido no ha alcanzado hasta ahora el parque natural de Ses Salines y declaró que no se puede aventurar que no habrá más playas afectadas, ya que las fracciones de la mancha se desplazan por el viento o el tránsito de embarcaciones.
En Palma, el Gobierno balear anunció que el presidente Antich evaluará junto con los empresarios del sector si conviene tomar medidas para compensar el daño que pudiera haber causado a la imagen turística de Ibiza el vertido. En una conferencia de prensa celebrada en Ibiza, Antich destacó la coordinación que se registra entre las administraciones para combatir la contaminación del mar.
Entretanto, los turistas que pasan sus vacaciones en las playas de Ibiza afectadas por el vertido se lamentaron "de su mala suerte". Dos visitantes instalados en la playa de Ses Figueretes dijeron a que estos días de descanso habían conseguido un hotel en primera línea de mar. "Venimos desde Madrid y mira con lo que nos encontramos. Hemos conseguido un hotel junto a la playa y esta tarde, cuando hemos mirado por la ventana, nos hemos encontrado con que la han cerrado. Tendremos que buscarnos otras playas o bien ayudar a limpiarla", decían.
Los propietarios de restaurantes situados en las playas cerradas al baño, por su parte, auguran pérdidas importantes si continúa llegando el combustible a la costa, y estiman que en la jornada de este jueves, la afluencia a los establecimientos descendió a la mitad. Fuentes de la Cofradía de Pescadores de Ibiza, por su parte, informaron de que la mancha de combustible creada por el barco hundido, "de momento no afecta a la pesca, pero si el viento cambia, podría afectar a nuestros caladeros".