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“Si él no hubiese ido a por mí, yo a por él nunca hubiese ido"

La mujer condenada por matar al violador de su hija cuando ésta tenía 13 años, ha considerado este viernes "bastante injusta" la sentencia que la condena a nueve años y medio de prisión.

La procesada, María del Carmen García, ha mostrado su "sorpresa" por la sentencia condenatoria, hecha pública este jueves por la Audiencia Provincial de Alicante, la cual recurrirá ante el Tribunal Supremo (TS) en los próximos días.

“Si él no hubiese ido a por mí, yo a por él nunca hubiese ido", ha asegurado García.

La sentencia refleja que el día en el que ocurrieron los hechos, 13 de junio de 2005, el autor de la violación de su hija, que disfrutaba de un permiso carcelario, se acercó a la ahora procesada y preguntó por sus hijas, una de las cuales fue violada por él siete años antes.

Tras agradecer las muestras de apoyo que ha recibido de sus familiares y vecinos, María del Carmen García ha afirmado que "luchará" hasta que le quede "una gota de vida".

La sentencia condenatoria recoge que la procesada, que deberá abonar una indemnización de 140.000 euros, no podrá aproximarse a menos de 500 metros y durante los próximos quince años a los familiares de la víctima, un joven de su misma localidad, casado y con cuatro hijos.

Después de que el joven, A.C.V. preguntara por su hija y acudiera a un bar próximo, la ahora condenada llenó una botella de plástico con gasolina, entró al establecimiento y, tras decirle: "para que no me olvides", roció al joven y le prendió fuego, lo que provocó la muerte de éste días después en un hospital de Valencia.

Por su parte, la hija de la condenada, Verónica Rodríguez, ha opinado que la sentencia es "injusta porque le acusan de asesinato con alevosía" y su madre "en ningún momento fue a buscarlo".

"Él se acercó a mi madre, le dio los buenos días y preguntó por nosotras", ha relatado la joven, quien ha agregado que esta situación "provocó una explosión" en la cabeza de su madre.

En este sentido, ha señalado que los jueces "han recogido que mi madre tiene un trastorno transitorio adaptativo mixto de personalidad" surgido a raíz de la violación y que, tras su detención, precisó asistencia médica e ingreso en un hospital.

"Hubo una explosión en su cabeza y vio lo primero que tenía detrás, una gasolinera", ha detallado la joven al explicar que lo quemó con gasolina porque "era lo que más cerca estaba".

Rodríguez ha reiterado la ausencia de alevosía en la acción de su madre, puesto que "no hubo ninguna intención de matarlo" porque "nadie sabía que estaba de permiso, nadie nos avisó".

No obstante, la hija de la condenada ha mostrado su confianza en la Justicia, de la que ha dicho que es "justa", y ha apuntado que "el Supremo decidirá lo que pasa porque así no nos vamos a quedar".

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