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La quema de ataúdes en cubas al aire libre en Sevilla se remonta a 2005

La quema de ataúdes, coronas de  flores, ropas e incluso fluidos corporales de los muertos procedentes de las exhumaciones de cadáveres cumplidos los plazos estipulados para liberar nichos y tumbas, se remonta hasta el año 2005.

La quema de ataúdes, coronas de  flores, ropas e incluso fluidos corporales de los muertos procedentes de las exhumaciones de cadáveres cumplidos los plazos estipulados para liberar nichos y tumbas, se remonta hasta el año 2005.
L D (Pedro de Tena) Aí consta en un expediente de la Memoria de la Comisión de Sugerencias y Reclamaciones tras una queja presentada al respecto, según cuentan los periódicos del grupo Joly. El alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín, aseguró desconocer estas prácticas y reprochó a los sindicatos que "no me lo hubieran hecho saber". La reclamación fue contestada por la Delegación de Salud y Consumo con la promesa de "no volver a utilizar el espacio protegido para quemar los restos" así como la de no quemar en el horno incinerador "más cantidad que la que pueda desarrollar" y la de buscar a una empresa externa para eliminar los residuos.
 
El concejal del PP Ignacio Flores hizo este jueves alusión al anexo de la memoria del Defensor del Ciudadano que cita esta queja presentada en el año 2005 y desveló, además, que en junio de este año el entonces delegado de Personal, Alfonso Mir, supo que el horno incinerador de restos no humanos del cementerio estaba averiado y que, incluso cuando estuviese arreglado, sería insuficiente para eliminar el material procedente de las exhumaciones.
 
Aunque hasta ahora, el PSOE de Sevilla e IU, socios de gobierno en la ciudad de Sevilla, sostenían que lo ocurrido se debía a la avería del horno encargado de tales incineraciones, ahora  el equipo de gobierno insiste en defender que no supo de estas irregularidades hasta el pasado viernes, según sostuvo el director general de Salud y Consumo, José Antonio García. El alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín, dijo que "no tenía constancia" de estas prácticas, e incluso reprochó a los cuatro sindicatos con representación en el Consistorio que no le hubieran dado parte de la denuncia que, en cambio, sí han presentado ante la Guardia Civil.
 
Intento de implicar a la ex alcaldesa Soledad Becerril
 
Monteseirín anunció que ha encargado un informe interno que recoja las ocasiones que se han quemado restos inorgánicos procedentes de exhumaciones al aire libre "en los últimos quince años", lo que conduciría el análisis al último mandato de Soledad Becerril (PP) en el Ayuntamiento. El concejal del PP que desveló el caso a la prensa, Ignacio Flores, acusó este jueves al gobierno municipal de "mentir" al decir que tenía conocimiento de la situación desde el pasado viernes, ya que "todos los sindicatos hablan de varios años". "No es algo de hoy ni de ayer, nos remontamos a 2005. ¿Por qué mienten? ¿Por qué no dicen la verdad?", planteó Flores, quien recordó que es la Junta de Andalucía la encargada de actuar en estos casos, por lo que instó a la Administración autonómica a intervenir.
 
Como se sabe, los hechos fueron denunciados por el concejal del Partido Popular Ignacio Flores. En concreto, los ataúdes, la ropa y los fluidos corporales de los difuntos cuyos cuerpos fueron exhumados transcurridos cinco años desde su entierro  y quemados en una hoguera que preparan varios días a la semana los operarios municipales. Se creía que la práctica era habitual desde hace meses. Ahora se sabe que es desde hace al menos 3 años.
 
Ya informamos este jueves de que el Real Decreto 95/2001 que establece el Reglamento de Política Sanitaria y Mortuoria exige que los cementerios tengan un “horno para la destrucción de ropas y objetos que no sean restos humanos”. En Sevilla hay uno, pero su funcionamiento ha sido muy deficiente en los últimos años, lo que ha convertido en una práctica habitual la quema de ataúdes en una hoguera que se organiza en la parte del camposanto más alejada de la entrada en una zona que se acota con setos. Estas actuaciones, además de su carga simbólica y afectiva para muchas personas, incumplen la ley y vierten un humo contaminante a la atmósfera. Así lo expresaron los delegados de Prevención de Riesgos Laborales de los sindicatos UGT, CCOO, SPPM-E y Sindicato de Bomberos en una denuncia realizada el pasado miércoles a la Sección de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil, Seprona. Según explicaron fuentes sindicales, el olor llega a veces a las viviendas más próximas al cementerio y llena de cenizas las tumbas de los alrededores.
 
Otros casos
 
No sólo en Marchena sino que  también en la localidad sevillana de Bollullos de la Mitación se produjo hace unos años, según ABC,  un precedente del caso de quema de ataúdes al aire libre. Este asunto, que data de octubre de 2002, tuvo no obstante mayor gravedad, ya que se encontraron entre las cenizas restos humanos. Los pequeños huesos se vieron entre la madera de los féretros y los ornamentos funerarios en el lugar donde se realizaban estas prácticas, una escombrera en la parte trasera del crematorio de ese camposanto del Aljarafe, de carácter privado y que gestionaba la funeraria Virgen del Rocío como arrendataria.
 
Los responsables de la funeraria achacaron la aparición de restos a un problema con el diseño de los hornos crematorios, admitiendo que se podían haber quemado pequeños restos óseos que se podrían haber colado entre las cenizas antes de que fueran triturados para entregárselos a los familiares de los fallecidos. Esos gestores indicaron que los ataúdes quemados al aire libre que había en el vertedero eran la consecuencia de la orden de desalojo del recinto mortuorio ejecutada a principios de agosto de ese año 2002 por un juzgado.
 
El asunto, descubierto por un guarda forestal, acabó en los juzgados. Las investigaciones policiales y forenses para clasificar los restos, con todo, indicaban que en algunos casos éstos no eran tan pequeños como indicaba la empresa. Así, en el texto que se envió a los juzgados de Sanlúcar la Mayor se registró el hallazgo de varios huesos largos, algunos aún adheridos a prótesis ortopédicas. Esos restos de mayor tamaño venían a indicar que las cremaciones no se realizaban de forma adecuada y que el número diario era muy superior al viable en condiciones normales. Este cementerio se hacía cargo de gran número de incineraciones procedentes de Sevilla.

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