Blanco y Rubalcaba no tienen claro qué hacer ahora con los controladores. Si hacerles jurar bandera y ponerles el uniforme o dejarlos sueltos a riesgo de que se desmadren otra vez. Y mientras, España se pregunta quién manda en La Moncloa.
La Gaceta da por hecho que Rubalcaba es el presidente del Gobierno. Dice Carlos Dávila que Madrid arde en rumores. "Hasta se hacen porras. ¿Cuándo se marchará Zapatero? ¿Cuándo será presidente Rubalcaba? (...) se adosan cotilleos de alcoba (.....) Y, para mayor inri, están los guardianes de Zapatero, uno de los cuales, perfecto idiota, viene diciendo estos días: "No sabes qué bronca le echó el otro día a la Merkel". Tiritando dejó a la alemana, fijo.
Sobre el estado de alarma, La Gaceta advierte de que "si nuestro Ejecutivo se acostumbra a resolver cualquier conflicto por la vía fácil de asumir poderes despóticos (.....) ante la más minima problemática, el Gobierno volverá a dotarse de poderes extraordinarios". Además duda de las buenas intenciones de Rubalcaba y Blanco, el malpensado, y cree que lo de los controladores fue "el resultado de una deliberada provocación del Ejecutivo para decretar un estado de alarma que ahora se resiste a derogar".
El País sigue buceando en los mundos de Wiki y no deja mucho espacio para la actualidad. Informa en un huequecito de que en el Gobierno no saben qué hacer con el estado de alarma. Dice que Blanco quiere seguir alarmado, pero Caamaño y Chacón, no. Y cuenta que a los militares no les hace maldita la gracia y que todavía no han aplicado el "código disciplinario castrense" a los controladores, los muy negligentes. "No se trata de arrestar a nadie por llevar los zapatos sucios. Esto no es la mili", dice un militar no identificado al diario de Prisa ¿Llevan los controladores los zapatos sucios? Quién lo iba a decir, con esa pinta de pijos que tienen.
El Mundo está hasta el gorro de Rubalcaba. "Rubalcaba hasta en las uvas", titula en referencia a la parodia de TVE en fin de año. "José Mota nos hará padecer al vicetodo hasta en las uvas", se queja el diario de Pedro J. Aunque Lucía Méndez no cree que Rubalcaba quiera ser presidente. "Los líderes no disponen de tiempo para la intriga entre bastidores, verdadera pasión del vicepresidente". Cree que habrá un Congreso en el PSOE con varios candidatos y que Rubalcaba se "apuntará al ganador seguro". Ya. Como con Almunia, con Trinidad Jiménez, con Bono.
Cuenta El Mundo que Blanco no se fía de los controladores y les quiere mantener alertados. Pero Pedro J. cree que la "premisa" de la desconfianza para prolongar el estado de alarma "es más de carácter psicológico que legal". El Gobierno "ha actuado con energía, pero también con absoluta falta de alternativa al necesitar a ese colectivo al que denigra". Y alerta de que el Gobierno "podrá estar tentado a pactar la vuelta a la normalidad laboral a cambio de impunidad por lo sucedido".
ABC lo tiene claro. "No puede aceptarse sin más una prolongación del estado de alarma solo porque al Gobierno le resulte así más fácil acallar a los controladores". Parece que "ha renunciado a una resolución del conflicto mediante una negociación laboral (...) el estado de alarma o el caos". Y cree que "el Ejecutivo no puede aspirar a vivir indefinidamente de las continuas descalificaciones a los controladores ni de los juicios insidiosos contra el PP". ¿Y por qué no? No le ha ido tan mal.
Para Hermann Tertsch "resulta alarmante comprobar lo poco que alarma el estado de alarma a la inmensa mayoría de los ciudadanos". Y constata que el Gobierno estará pensando "que ha sido un tonto despiste no darse cuenta antes de lo útil que resulta". A lo mejor "se ponen bordes, con otras nuevas (medidas), porque ahí están el Estado de emergencia y el Estado de sitio". Dando ideas.
En La Razón se dedican a atizar a Telecinco. Alfonso Ussía pone a caldo a Vasile. "Ha convertido la televisión del chisme en un depravado e indecente corral de necedad, calumnias y despropósitos". Revela que "a Vasile le encantan las chachas y los chachos", se ofrece a ser "su próxima víctima" y le invita amablemente a largarse de España. "La adorada y añorada Italia le está pidiendo que vuelva". Contra Belén Esteban se emplea La opinión de Cefas. "Un personaje insignificante, vulgar y , lo que es peor, sin ganas de mejorar intelectualmente" y "una joven de vida caótica, mediocre y desmesurada" que se está "forrando". Pues a lo mejor por eso no cambia de vida ni tiene ganas de mejorar intelectualmente, oye.