L D (EFE) Las dos personas fallecidas este miércoles por la noche al ser arrolladas por un Talgo en la localidad murciana de Alcantarilla se encontraban abrazadas y de pie y desoyeron los avisos del maquinista para que saliesen de la vía, según ha informado un portavoz de la Policía Nacional.
Los fallecidos son un varón de 35 años, natural de Palma de Mallorca, y una mujer, de 33 años, natural de Murcia, los cuales convivían en un mismo domicilio, según la Policía. La pareja, según fuentes municipales, recibía asistencia de los servicios sociales del ayuntamiento y vivía en una casa gestionada por Cáritas.
El suceso ocurrió a las 23,00 horas del miércoles en la estación de ferrocarril de Alcantarilla, cuando pasaba el Talgo número 226 que hacía el recorrido Madrid-Cartagena. Según las declaraciones del maquinista del tren, cuando pasaba por la estación vio una pareja en mitad de la vía abrazada e intentó avisarles que se retirasen haciendo accionar el claxon, aunque no consiguió su propósito. El maquinista añadió que accionó el freno de mano para parar la máquina, pero no pudo evitar el arrollamiento.
Poco después del siniestro, el juez de guardia autorizó al tren a continuar el viaje.
Los fallecidos son un varón de 35 años, natural de Palma de Mallorca, y una mujer, de 33 años, natural de Murcia, los cuales convivían en un mismo domicilio, según la Policía. La pareja, según fuentes municipales, recibía asistencia de los servicios sociales del ayuntamiento y vivía en una casa gestionada por Cáritas.
El suceso ocurrió a las 23,00 horas del miércoles en la estación de ferrocarril de Alcantarilla, cuando pasaba el Talgo número 226 que hacía el recorrido Madrid-Cartagena. Según las declaraciones del maquinista del tren, cuando pasaba por la estación vio una pareja en mitad de la vía abrazada e intentó avisarles que se retirasen haciendo accionar el claxon, aunque no consiguió su propósito. El maquinista añadió que accionó el freno de mano para parar la máquina, pero no pudo evitar el arrollamiento.
Poco después del siniestro, el juez de guardia autorizó al tren a continuar el viaje.