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Los inmigrantes de Andalucía tienen un nivel educativo similar a los andaluces

Según el primer informe anual del Observatorio Permanente Andaluz de las Migraciones, el nivel educativo de los inmigrantes que viven en Andalucía tienen en general un nivel educativo equivalente o superior al que posee la población española de Andalucía.

La proporción de personas sin estudios entre los andaluces, un 16,6 por ciento, es el doble de la correspondiente proporción entre los extranjeros. Además, los andaluces tienen más personas entre las que sólo tienen estudios primarios. Tres de cada cuatro extranjeros inmigrantes en Andalucía tienen una educación similar a la secundaria completa mientras que entre los andaluces sólo la tienen dos de cada tres.
 

Estos datos, dice el informe,  contradicen poderosamente el tópico que asocia un menor nivel de desarrollo socio-económico del país de origen a un menor nivel educativo de las personas procedentes de esos países. Si bien las diferencias entre los niveles educativos de distintos conjuntos geopolíticos de procedencia son muy notables y, además, parecen guardar cierta relación con el nivel de desarrollo económico de dichos países, es reseñable el hecho de que sólo uno de los cinco conjuntos geopolíticos aquí distinguidos se quede en valores inferiores a los de la población española de Andalucía.

En España se da una situación general parecida: excepto por los oriundos del continente africano, los extranjeros tienen un mejor nivel educativo (declarado) que los españoles. Los matices a añadir respecto de lo dicho anteriormente sobre los datos andaluces se refieren más a variaciones en el nivel educativo de los españoles que a variaciones en los niveles educativos de los distintos grupos de extranjeros.

En una perspectiva comparativa más amplia, el informe revela  que en las sociedades receptoras de inmigración de nuestro entorno no es nada habitual encontrar una situación como la española, situación en la que, como decíamos, los inmigrantes internacionales cuentan con un perfil educativo similar o superior que el de los autóctonos. La particularidad del perfil socio-demográfico de los inmigrantes internacionales asentados en España, y concretamente en Andalucía, contrasta con su perfil de inserción socio-laboral.

Sin embargo, los extracomunitarios han alcanzado una fuerte implantación en la construcción y en la agricultura, mientras que los trabajadores comunitarios poseen un perfil laboral mucho más parecido al de los autóctonos, al estar más representados en el sector terciario. Por otra parte, desde una perspectiva vertical, los extracomunitarios se encuentran en una peor posición que los otros dos grupos analizados, presentando los niveles más bajos de estatus ocupacional y los más altos de irregularidad y temporalidad en el empleo.
 

Sus peores condiciones laborales y, en consecuencia, su mayor vulnerabilidad ante un cambio de ciclo económico, conllevan llevan al riesgo de exclusión social del colectivo extracomunitario. En contraste, los extranjeros de origen comunitario (UE-25) presentan en prácticamente todos los indicadores utilizados aquí unos valores parecidos o incluso mejor situados que los trabajadores españoles.

De todos modos e indiscutiblemente, dice el informe,  para los españoles y, en menor medida, para los extranjeros de la UE-25, la probabilidad de estar ocupados aumenta en función del nivel educativo, mientras que en el caso de los demás extranjeros esta correspondencia no es tan clara: a finales de 2007, se observan tasas de empleo relativamente altas incluso entre quienes no tenían un nivel educativo medio-alto o alto.

 

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