Según cuenta este miércoles Rosalina Moreno en La Gaceta, Bono supervisa hasta la saciedad las obras en la casa de un millón de euros y ubicada en un edificio calificado bien de interés cultural que le ha comprado a su hijo. "El socialista viene a controlar la reforma dos veces a la semana. Casi siempre lo hace con su hijo, pero a veces se escapa de Las Cortes y la supervisa él", informa Emilio, el conserje, al diario.
El portero exigió a los escoltas del presidente del Congreso que no entraran en el edificio la primera vez que el político visitaba la vivienda. Bono "irrumpió escaleras arriba con sus escoltas sin saludar ni identificarse y los paré". El presidente del Congreso dijo entonces, según continúa relatando Emilio a La Gaceta: "Perdona, pero ya sabes que tengo mucha prisa". Y le presentó a un chico: "Para este individuo he comprado mi piso; mi hijo José. Yo le contesté que aquí dentro no quiero protección".
Los vecinos, al parecer, están molestos con los escoltas del dirigente socialista. Cuando Bono y su hijo visitan las obras lo hacen en dos coches oficiales, según informa el diario, y acompañados de tres guardaespaldas. "No queremos esa exhibición a las puertas de esta finca. Esto son casas particulares donde también vive gente de mucho dinero y nunca se ha hecho tal despliegue ostentoso, sino todo lo contrario", comentan indignados los vecinos.
Pero de lo que están "hartos" es de que los inhibidores de frecuencia les bloqueen los mandos del garaje y planean una reunión urgente de propietarios.